Salud: alertan sobre la afección que genera más muertes por enfermedad cardiovascular

Si bien el riesgo de sufrir una insuficiencia cardíaca aumenta con los años, los expertos piden que las personas de mediana edad estén atentas; cuál fue el impacto de la pandemia en este tipo de patologías

La insuficiencia cardíaca (IC) es la principal causa de muerte por enfermedad cardiovascular (ECV) en la Argentina. También es uno de los grandes factores que suelen desencadenar una muerte súbita. Como sucede con todas las ECV, el riesgo de padecer una IC aumenta con los años. Sin embargo, especialistas consultados por LA NACION advierten que las personas de mediana edad (45 a 55 años), por el aumento en la incidencia de factores de riesgo que generó la pandemia de coronavirus, como el sedentarismo, el consumo de alcohol o el sobrepeso, también deben estar alertas para evitar problemas cardíacos que luego podrían derivar en una IC.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, durante 2020, última cifra disponible, murieron más personas por IC (24.008) que por un infarto agudo de miocardio (18.881). Los especialistas indican que esto es así porque el tratamiento de la IC es complejo y requiere de un seguimiento exhaustivo, algo que no todos los pacientes llevan a cabo.

De hecho, a nivel local los decesos por IC representan el 25% de todos los fallecimientos por ECV (97.231). Los datos de 2020 indican que las muertes por esta insuficiencia crecen exponencialmente a partir de los 60 años. Pero, según Florencia Renedo, coordinadora de Insuficiencia Cardíaca, Asistencia Circulatoria Mecánica y Trasplante Intratorácico de la Fundación Favaloro, se están observando de forma más frecuente infartos en personas más jóvenes por la gran incidencia de factores de riesgo como el sedentarismo, el estrés, el consumo de alcohol o tabaco, y el sobrepeso, entre otros. Luego, ese infarto puede derivar en una IC, como sucede con la mayoría de las enfermedades cardíacas si no se las trata adecuadamente.

Controles

Mirta Diez, jefa del programa de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante del ICBA Instituto Cardiovascular, explica que la insuficiencia cardíaca se da cuando el corazón no logra bombear sangre de manera correcta. Esto ocurre porque el ventrículo izquierdo no puede contraerse adecuadamente o no logra relajarse por un “endurecimiento” del corazón.

La especialista señala que esta patología se manifiesta de las siguientes maneras: “Los síntomas que nos permiten pensar que el paciente tiene una IC es la falta de aire durante el ejercicio, que también puede manifestarse, si la afección progresa, cuando el paciente está en reposo. La IC también puede generar una sensación de cansancio, mareos, perdida del conocimiento, hinchazón en los pies o dificultades para orinar”.

Diez agrega que lo más frecuente es que se llegue a una IC luego de padecer un infarto generado por obstrucciones en las arterias coronarias u otros factores de riesgo como el sobrepeso, la hipertensión arterial, y la diabetes, entre otros. Todos esos, advierte la especialista, también son factores de riesgo que afectan a los jóvenes.

Sin embargo, Diez aclara que hay otros factores de riesgo que llevan a la IC sin necesidad haber sufrido un infarto previo. Esos factores pueden ser las miocardiopatías de origen genético; enfermedades como el Chagas y el abuso de sustancias o las llamadas “causas tóxicas”, generadas por la quimioterapia luego de un tratamiento oncológico. Nicolás Atamañuk, jefe de Insuficiencia Cardíaca e Hipertensión del Hospital Austral, señala que dentro del abuso de sustancias, la que más se ve entre los pacientes es el consumo excesivo de alcohol.

“El consumo de alcohol en diferentes registros se vio asociado con un descenso del riesgo cardiovascular. Pero, hay un punto en donde la persona consume demasiado y es ahí cuando sucede todo lo contrario, el riesgo empieza aumentar y afecta directamente al miocardio. Sin embargo, algunos pacientes al dejar de tomar alcohol, aproximadamente en seis meses, logran recuperar una normal función ventricular”, describe Atamañuk.

El especialista agrega que en los menores de 40 años, la causa más prevalente de la IC no son los infartos, sino las cardiopatías cuyas causas no son fáciles de establecer. También señala que, aunque no es usual, hubo pacientes jóvenes que atravesaron un cuadro de coronavirus que les generó una miocarditis que luego podría derivar en una IC.

“Por eso recomendamos que los pacientes que hayan tenido Covid-19 se hagan un chequeo cardiovascular. Además, estar encerrados llevó a muchos a tener una alimentación inadecuada y a consumir alcohol en altas cantidades. Todo eso sumado al sedentarismo lo que produce es un aumento de los factores de riesgo”, remarca Atamañuk.

“La IC crece notablemente en los mayores de 70 años, pero hay jóvenes que tienen una cardiopatía congénita o que han tenido un tratamiento oncológico y podrían desarrollar IC. Por otro lado, cada vez vivimos en un mundo que nos hace estar más quietos, nos hemos dejado de mover y eso hace que aumenten los riesgos cardiovasculares. La pandemia de coronavirus profundizó todos esos factores de riesgo y, además, hizo que muchas personas postergaran sus controles”, opina Renedo.

Muerte súbita

Según Diez, la muerte por IC se da cuando esa condición progresa y genera un cuadro en el que al paciente le falta el aire en reposo, retiene líquidos y sufre una falta de irrigación sanguínea a los órganos, especialmente el riñón y el hígado.

Otro aspecto relevante sobre la IC es que es una de la principales causas que desencadenan la muerte súbita. Esta se define como un fallecimiento en donde la persona no presentó síntomas en las 24 horas previas al deceso. “La IC genera muertes súbitas por arritmias originadas en los ventrículos como son la taquicardia ventricular y la fibrilación ventricular. Hay muchas otras causas que generan la muerte súbita, como cuestiones genéticas, pero la IC, especialmente cuando hay un deterioro de la función del corazón, puede derivar en una muerte súbita”, indica Diez.

Por: Alejandro Horvat

Fuente: La Nación

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