Si bien no existen datos locales sobre diagnóstico o continuidad de tratamientos durante los meses de aislamiento, en el mundo se observa una reducción significativa de casos respecto de 2019. Los estudios de detección precoz de cáncer de colon y mama en el país se redujeron más del 80%
Una publicación reciente de la revista especializada The Lancet daba cuenta de que abordar la pandemia por COVID-19 y todas sus consecuencias de manera integral significa no dejar de atender la hipertensión, la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas y el cáncer.
“Atender la salud mundial es mucho más que prevenir los contagios y muertes por el nuevo coronavirus”, coinciden los expertos.
Los motivos de la baja en las consultas se reducen al temor ante la posibilidad de contraer coronavirus, sumado al hecho de que el mensaje durante los primeros meses apuntaba a reducir las visitas a centros de salud por causas que no fueran urgentes. Y en el imaginario colectivo, el chequeo “de rutina” podía esperar. ¿Pero cuánto?
Es que si de la importancia de la detección precoz y la relación entre esta y la posibilidad de sobrevida se trata, las enfermedades oncológicas merecen un capítulo aparte.
En ese sentido, en las últimas semanas, la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) lanzó la campaña “Si querés cuidarte, salí de tu casa”, parafraseando el “Quedate en casa” del slogan oficial por la pandemia, y en busca de promover que las personas no abandonen los controles ni los tratamientos contra el cáncer.
“No debemos perder de vista que la enfermedad oncológica no debe ser minimizada: cada año mueren en el país 60 mil personas por esta causa. Según estimaciones internacionales, la Argentina se ubica entre los países con mortalidad por cáncer media-alta, ocupando el quinto lugar en el ranking del continente”. Para el licenciado Diego Paonessa, director general de Lalcec, “un chequeo a tiempo y no interrumpir los tratamientos son el camino para prevenirlo y reducir estos indicadores”.
“El cáncer sigue siendo la segunda causa de muerte en la Argentina y se prevé que para 2040 se convertirá en la primera”, insistió.
“Actualmente no tenemos datos desde marzo hasta hoy sobre qué ha pasado en términos globales en nuestro país relacionado con la incidencia de detección precoz del cáncer o continuidad de tratamientos. Los datos que tenemos se restringen a experiencias institucionales o sociedades médicas o sociedades científicas dedicadas a la patología. Hemos tenido una reducción significativa en el número de casos nuevos desde marzo hasta julio y de julio hasta los últimos días de septiembre, el número de pacientes que concurren a las instituciones ha aumentado”. El que habla es el médico oncólogo Matías Chacón (MN 86697), subjefe de Oncología Clínica del Instituto Alexander Fleming (IAF) y ex presidente de la Asociación Argentina de Oncología.
De los datos concretos que hay en el mundo, hay una sola publicación en una revista de oncología de marcada utilidad para la especialidad, que es el Journal of Clinical Oncology, donde se observa, con base en una plataforma que contaba con una red de más de 20 centros americanos que tratan pacientes con cáncer y población general “una reducción significativa del número de casos de cáncer comparando básicamente cuatro meses de 2019 respecto a cuatro de 2020”. “Los meses que se compararon fueron enero, febrero, marzo y abril, en los que hubo una reducción significativa en el número de pacientes con cáncer, con cifras, por ejemplo, en marzo de 2019, respecto a marzo de 2020, que evidencian que de haberse diagnosticado 185 mil personas en los Estados Unidos, se redujo a 139 mil -puntualizó-. El mes de abril fue el más significativo, con una reducción en el número de casos diagnosticados del 57%”.
“En nuestra institución, la reducción de números de procedimientos quirúrgicos, consultas de nuevos pacientes, consultas a la guardia, asistencia de los pacientes a la internación, se redujo aproximadamente un 50% en los primeros tres meses de la pandemia; hoy en día el número de visitas tiene un cierto perfil de normalización respecto de lo que se venía viendo en los primeros tres meses de la pandemia; probablemente el hecho de que ahora los pacientes concurran con más asiduidad es la gran formación en lo que hace a la cultura del coronavirus”, consideró.
Consultado sobre cuáles creía que eran las principales causas que llevaron a que las personas retrasen consultas que de otro modo habrían llevado a un diagnóstico precoz de enfermedades graves, Chacón opinó que “la cautela fue una de las principales razones que tenía como objetivo disminuir la circulación viral, y eso justifica la reducción de las consultas tanto a nivel de aquellos pacientes que ya tenían diagnóstico de cáncer respecto, también, de aquellos pacientes que estaban haciendo estudios de prevención”. “Desde el punto de vista sanitario, el país o el Gobierno redujo significativamente la circulación, lo cual también llevó a que todas las medidas de prevención destinadas a detección precoz fueran en descenso, por lo menos en los primeros meses o en los dos primeros meses desde que se estableció la cuarentena a fines de marzo”, indicó, al tiempo que subrayó que, “por otro lado, la posibilidad de los pacientes de retrasar estudios que no es que son innecesarios, pero que se pueden retrasar, los estudios de prevención permiten tener cierta laxitud, no pasarse en años, pero sí retrasarse unos meses, siempre y cuando el estudio anterior haya sido normal”.
Para él, “la comprensión de la gente en este último periodo, en estos últimos tres meses, más la necesidad de salir del confinamiento, nuevamente abrió las puertas a empezar a hacer los estudios de prevención que se habían retrasado en forma manifiesta en los primeros tres o cuatro meses de cuarentena en la Argentina”.
Volviendo a los datos concretos y escritos y publicados en el Journal of Clinical Oncology, la reducción en la realización de mamografías y de fibrocolonoscopia en la población americana “es significativa”. Los estudios para la detección del cáncer de colon disminuyeron de abril de 2019 a 2020 un 84%. Asimismo, en los exámenes de control mamario como ser la mamografía o la ecografía, la reducción fue significativa y rondó el número del 89%. » Eso lleva y motiva en los Estados Unidos a una gran necesidad de generar políticas de absorción de toda esta población que no fue diagnosticada inicialmente, a tratar de distribuir los recursos sanitarios en los próximos meses de manera apropiada, porque no solamente van a concurrir a la consulta paciente con tumores de mayor tamaño, sino que también se van a sumar aquellas personas que tienen que hacer su estudio o su práctica para la detección precoz del tumor -sumó el experto-. Entonces va a haber una superpoblación en lo que hace a la asistencia en sitios que venían teniendo un flujo apropiado durante los últimos años».
Al respecto, la revista The Lancet describió un posible incremento de entre 7,9% y 9,6% en el número de muertes debido a cáncer de mama, a cinco años del diagnóstico. El mayor incremento se observaría en relación al cáncer colorrectal: entre el 15.3% y el 16.6% de muertes adicionales por la emergencia de la Covid-19. Otros ejemplos son el cáncer de esófago (5.8% – 6.0%) y el cáncer de pulmón (4.8% -5.3%).
También hay alerta por el cáncer de próstata, que es el tercero en mortalidad en varones en la Argentina (tras los de pulmón y colon-recto). Los chequeos anuales en mayores de 50 bajaron más de un 50% por la cuarentena y uno de cada tres pacientes interrumpió su tratamiento, según advirtieron desde la Sociedad Argentina de Urología (SAU) y la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC).
Zulma Ortiz es subdirectora ejecutiva del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina y al respecto citó un estudio reciente realizado en la University College de Londres, que estimó un incremento de la mortalidad por cáncer de un 20% a un 30% debido a la emergencia por el COVID-19. “Sabiendo que en la Argentina existen serias dificultades con el registro de tumores, estas estimaciones podrían duplicarse”, consideró.
Otro mecanismo para estimar el impacto es referenciar los datos publicados antes de la pandemia por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC / OMS), según los que se esperaba que la incidencia total de cáncer en el país aumentara de 129.047 nuevos casos en 2018 a unos 190.779 nuevos casos en 2040. Es decir, un incremento del 48% en 20 años.
Para el médico mastólogo Luciano Cassab ( MN 79867), vicepresidente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM), la manera más saludable de no desatender estas patologías es “retomar los controles habituales”. “Para las pacientes asintomáticas, realizar los estudios de rutina postergados, para las pacientes sintomáticas la consulta presencial es muy importante para establecer la gravedad del síntoma -sostuvo-. Para las pacientes en seguimiento, retomar la secuencia de estudios y controles que su mastólogo le indicaba, semestral o anualmente y recordar que el diagnóstico precoz es la mejor arma con la que contamos los especialistas para enfrentar al cáncer de mama”.
“El chequeo anual no puede esperar, por lo que pedimos especialmente a aquellas pacientes de alto riesgo de cáncer de mama que no dejen de hacerse los estudios de control, ya que son una herramienta sumamente importante para poder detectar la enfermedad de manera precoz, y así mejorar el pronóstico y la recuperación”. El médico mastólogo Juan Luis Uriburu (MN 72558) es el presidente de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM) y destacó que “se calcula que una de cada ocho mujeres puede padecer cáncer de mama, y que el 85% de los tumores se detecta con la realización de una mamografía anual”.
Consultado sobre cuál es la patología que más preocupa, Chacón volvió a referir a las cifras de la IARC, según las que en la Argentina de los 129 mil pacientes con cáncer que se diagnosticaron en 2018 la mortalidad fue de casi 59 mil pacientes, o sea de casi el 50%. “De los tumores más frecuentes en nuestro país, con 21.500 casos lidera el cáncer de mama, en segunda instancia el cáncer de colon con 15 mil casos y seguido con 11 mil pacientes con cánceres de próstata y un poquito por debajo cáncer de pulmón -detalló-. Por lo tanto, la preocupación en el retraso es en aquellas patologías donde tienen una etapa de detección precoz que marcadamente uno puede minimizar o mitigar el efecto del crecimiento de la enfermedad detectando precozmente; por lo tanto preocupan todos los tumores, no preocupan solamente la falta de detección precoz. Pacientes que tienen tumores de partes blandas, que no es un tumor de fácil prevención porque no hay metodología, porque puede aparecer en cualquier sitio, también importa porque la gente dejó de consultar al palpar nódulos o masas. O sea que, creo yo, que si bien existen patologías más frecuentes, hay patologías infrecuentes que también tienen importancia”.
Volviendo a los datos americanos, si se observa el número en la reducción específica de cada uno de los tumores, la reducción en el diagnóstico de cáncer de pulmón de un año al otro, de abril 2019 a abril 2020 fue del 46%. De cáncer de mama fue del 50,5%, de cáncer de próstata fue 46,8%, cáncer de colon -como una de las enfermedades más prevalentes de todo el mundo- 54%, tumores hematológicos 46% y melanoma, un tumor fácilmente prevenible, a través de la revisión del médico o del dermatólogo o del médico de asistencia primaria la reducción en el diagnóstico del número de casos fue significativo llegó a un punto del 67%. “Son todos tumores que uno puede intervenir tempranamente; por lo tanto, lo que preocupa es a todas las patologías en general, los números más importantes los tenemos en las patologías más prevalentes. Eso no quiere decir que el resto de las patologías menos frecuentes también vean afectada su evolución clínica”, concluyó Chacón.
Por: Valeria Chavez
Fuente: Infobae