Especialistas advierten que la gente se controla menos por temor a los contagios y que eso deriva en diagnósticos tardíos.
La pandemia de Covid-19 impactó en la economía, en la sociedad, en la psicología, en la educación. Y obviamente en la salud. En primer lugar, por supuesto, por su efecto directo y específico: más de 3 millones de infectados y más de 80 mil muertos en la Argentina al día de hoy. Pero además, secundariamente, la pandemia trastocó todos los programas de salud.
La combinación del colapso de los sistemas sanitarios, el confinamiento y el temor de muchas personas a acudir a los centros de salud hizo que dejaran de atenderse enfermedades severas como infartos, accidentes cerebrovasculares o tratamientos oncológicos, pero también que se descuidaran los controles preventivos regulares.
Alberto Alves de Lima es director Médico del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) y miembro de la Comisión de Directores Médicos de Adecra+Cedim, la entidad que nuclea a clínicas y sanatorios privados. El especialista explicó a Clarín cómo está la situación de la Argentina en la detección y tratamiento de enfermedades graves hoy, a 15 meses del inicio de la pandemia.
«Los tres grupos de enfermedades con mayor nivel de desatención y que tienen más impacto son las cardiovasculares, las neurológicas y las oncológicas. Cabe mencionar que el éxito de la reducción de la mortalidad en estas enfermedades fue la detección precoz y la prevención», dijo Alves de Lima. Y alertó que «cualquier desatención volvemos a 30 años para atrás en cuanto a los resultados de mortalidad».
El cardiólogo contó que un estudio reciente, que incluye 3.256 infartos de 30 centros de salud, analizados marzo a marzo, reveló que las caídas por consulta por infarto, al principio, cayeron un 50%, en especial por el miedo de los pacientes a contraer el virus durante la consulta. «Y en promedio, durante toda la pandemia, las consultas caen un 30%».
Alves de Lima explica que muchos pacientes dejan de ir al consultorio y que los que «llegan a la consulta, vienen tarde«. Esto impacta en la salud de las personas de una forma peligrosa ya que, según explica el doctor, «mientras más tardes en consultar, más grande es el infarto».
Debido a esto, la mortalidad promedio por infarto subió de un 7,23% (2019-20) contra el 9.56% de este periodo, llegando a picos de 13% en los meses más duros de la pandemia. «Esto son los resultados de la desatención».
Y agregó: «No dejemos de recordar la desatención específica en la prevención. Nosotros hace algunos años hicimos un modelo en el cual se podía esperar en entre 8 mil y 10 mil muertes adicionales de causa cardiovascular por falta de control de factores de riesgo. Este otro factor que seguramente se va agregar con esta pandemia».
En un relevamiento de realizado por Adecra, comparando datos de marzo contra marzo de estos dos últimos años, se ve un dato muy alarmante: las prestaciones de quimioterapia y terapia radiante cayeron un 5.1%, lo que tiene un gran impacto sobre los pacientes oncológicos, quienes dependen mucho del tiempo para mejorar su diagnóstico.
Por su parte, el doctor Reinaldo Chacón, director Académico Instituto Alexander Fleming, explicó que «la prevención del cáncer o detección precoz está en todos aquellos estudios que comprenden por ejemplo la mamografía, ecografía mamaria y la colonoscopia. Durante la pandemia, hubo un descenso casi hasta la tercera parte de los estudios que se realizan para esa detección precoz y que lentamente comenzó a subir, pero ahora nuevamente bajaron debido a la segunda ola».
Chacón contó que «en los lugares de atención se calcula que aproximadamente alrededor de un 20% más de pacientes van a sufrir las consecuencias de estas demoras en los diagnósticos de prevención y detección precoz, a los cuales hay que sumarle aquellos pacientes que están bajo tratamiento quimioterápico o radiante o aquellos que han demorado la cirugía, dado que las camas se reservan especialmente para aquellos pacientes con covid». Remarcó que «una demora en el diagnóstico de un cáncer significa un peor pronóstico a posteriori y perderse la chance de acceder a la curación».
El oncólogo mencionó que «en primer lugar (en la demora detención y tratamiento debido a la pandemia) está el cáncer de mama, seguido por el cáncer de colon y en tercer lugar el de próstata». Y agregó que «todas aquellas enfermedades no transmisibles crónicas, no solamente el cáncer, se ven afectadas de la misma manera que lo que lo que está pasando en el cáncer».
El doctor Juan Luis Uriburu, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología, también alertó de las consecuencias de desatender estas enfermedades.
«En relación al cáncer de mama, durante el año pasado disminuyeron aproximadamente el 50 por ciento, tanto las consultas, como los consiguientes diagnósticos de cáncer y su correspondiente tratamiento, en etapas iniciales. En lo que va del año hemos recuperado las estadísticas de diagnóstico y tratamiento anteriores a marzo de 2020″.
Finalmente, Uriburu señala que «el año 2020 nos dejó un aprendizaje y no queremos volver a él. Por ello es que seguimos atendiendo y estimulamos a las pacientes a que retomen y continúen con sus controles. Que se harán con los debidos recaudos. No podemos relajarnos».
Por: Gonzalo Herman
Fuente: Clarín