Así lo expresó, el Presidente de la UAS, Claudio Belocopitt, durante la Cena Anual Consenso Salud 2022. Resaltó la imperiosa necesidad de resolver el desfinanciamiento del sistema de salud y asegurar su sustentabilidad.
El martes se realizó la Cena Anual Consenso Salud 2022, con más de mil invitados del sector salud. En la misma se hicieron presentes autoridades nacionales de salud, como la Carla Vizzotti, el ministro de salud de Buenos Aires, Nicolás Kreplak y el titular de la cartera sanitaria de la Ciudad, Fernán Quirós. También asistieron el Superintendente de Servicios de Salud, Daniel López, el Presidente de ANMAT, Manuel Limeres, el titular de la OPS en Centroamérica y el Caribe, Manuel Sotelo, y el Director del IOMA, Homero Giles. Además, se hicieron presentes embajadores, legisladores, ministro de salud provinciales, importantes referentes de la medicina privada, de la seguridad social, empresarios, académicos, y profesionales.
En ese marco, Claudio Belocopitt, Presidente de la Unión Argentina de Salud (UAS) fue uno de los oradores durante el evento.
En el inicio de su discurso expresó: “La UAS es una organización que se ha ido fortaleciendo en beneficio de la salud del sistema que atiende al 70% de la población del país. Cuando empezamos a trabajar, identificamos las grandes dificultades que enfrentaba el sistema y la primera prioridad era detener el desfinanciamiento, para asegurar su sustentabilidad, hasta que se consiguieran respuestas que nos lleven nuevamente al equilibrio sano, y así poder trazar estrategias a futuro”.
“La UAS fue también un catalizador, ya que todos advertimos durante más de 20 años lo que ocurría y las advertencias fueron ignoradas por los gobiernos, los líderes de opinión y la comunidad en general. El sistema de salud argentino nunca estuvo en la agenda pública prioritaria, situación que podría haber evitado muchos de los problemas que tenemos, que ya se volvieron crónicos”.
En cuanto a cómo repercutió la pandemia en la actividad del sistema recalcó: “Un suceso disruptivo, trágico y desgraciado puso al sistema de salud en la prioridad máxima. Durante casi dos años, se pasó a tomar una posición predominante. Por primera vez, todos se dieron cuenta de lo indispensable que era tener un sistema de salud fuerte y eficiente, para enfrentar un hecho sin precedentes y de los más trágicos que la humanidad debió soportar. Un mes antes del caso cero, la UAS advirtió que el sistema de salud privado ya no era sustentable, pero aún así y con la pandemia golpeando la puerta, ese mismo sistema no dudo un instante y priorizo la vida de los pacientes, de los equipos médicos, enfermeras, personal de administración, camilleros, conductores de ambulancias, etc. Se adaptaron los sanatorios para recibir más pacientes, se compraron insumos y medicamentos, se capacitó en tiempo real, se coordinaron sin mezquindades los sistemas público y privado, para que a nadie le faltara una cama. Se hizo todo y más, y en la Argentina igualmente vivimos una tragedia de más de 140 mil fallecidos. Pero eso, podría haber sido peor si nuestro sistema hubiera saturado, situación que ocurrió en países más desarrollados que el nuestro. Me enorgullece ser parte de un sistema de salud privado que no dejó nada por hacer, que dejó de lado los intereses particulares, entendiendo que teníamos una responsabilidad vital que cumplir, y se actuó en consecuencia. La historia sabrá que no hubo diferencias entre los empresarios y los trabajadores para enfrentar esta situación. Lo hicimos juntos y pude ver personalmente cientos de actos heroicos a diario, que me llenan de orgullo, por eso aprovecho para enviarles a todos el reconocimiento y la entrega que tuvieron hasta niveles inconmensurables”.
Asimismo, se dirigió a las autoridades diciendo: “Es indispensable que este gobierno y los que lo sucedan se sienten a debatir con nosotros los problemas que atravesamos. Somos personas de trabajo y entendemos nuestro rol de dirigentes empresarios, comprendiendo que para que funcione, el sistema privado requiere su rentabilidad, pero también sabemos que somos empresarios responsables y conscientes del sector sensible del que formamos parte. Siempre priorizaremos la atención de nuestros pacientes, pero es necesario comprender que para que un sistema funcione debe haber un equilibrio entre los ingresos y egresos”.
“La tragedia del Covid-19 nos mostró que los sistemas deben ser fuertes y tener previsibilidad hacia el futuro y deben contar con los recursos necesarios para enfrentar los nuevos desafíos”.
Hacia el final, Belocopitt resaltó: “Estamos a tiempo de resolver los problemas que llevan años sin resolverse, pero ese tiempo se está agotando. Ojalá estemos todos a la altura de las circunstancias”.
Fuente: Consenso Salud