En la Argentina, el cáncer de cabeza y cuello provoca dos muertes al día, cuál es su relación con el VPH

La falta de métodos de screening y síntomas en las etapas iniciales dificulta el acceso a un diagnóstico temprano, siendo que casi la mitad de estos tumores son bucales, seguidos por laringe y faringe. Las claves para prevenirlo

Desde hace casi una década, cada 27 de julio se conmemora el Día Mundial de Cáncer de Cabeza y Cuello, una fecha que fue instaurada por la International Federation of Fead an Neck Oncologic Societies, que nuclea a entidades especializadas en esta patología en todo el mundo. La finalidad es crear conciencia para prevenir y detectar a tiempo estos tumores.

Cada año se detectan 900 mil casos en el mundo. En la Argentina, la incidencia es de nivel medio-alto, siendo que . La falta de métodos de screening y de síntomas en las etapas iniciales dificulta el acceso a un diagnóstico temprano, que es fundamental para mejorar las perspectivas del tratamiento y reducir las secuelas.

El tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y el virus del papiloma humano (VPH) son factores de riesgo que, en forma individual, elevan el riesgo de desarrollar distintas patologías. Pero los tres tienen en común que están asociados al cáncer de cabeza y cuello, que engloba un grupo de tumores de los que habitualmente se habla poco y que provocan más de dos muertes por día en la Argentina.

Anualmente se diagnostican aproximadamente 900.000 casos de tumores malignos de cabeza y cuello a nivel mundial. Argentina, al igual que el resto de Latinoamérica, se ubica como una región con incidencia media-alta de estos tumores.

Los datos más recientes registrados en nuestro país indican que cada año mueren cerca de 900 pacientes –en general, mayores de 50 años- a causa de estas patologías oncológicas, cuyos síntomas suelen aparecer cuando los cuadros ya están avanzados. Esto, sumado a que no existe un screening específico, dificulta el acceso a un diagnóstico temprano.

Al analizar cuáles son los tipos de tumores más frecuentes dentro de este grupo, surge que casi la mitad son bucales, seguidos por los de laringe y los de faringe. Pero los que más han incrementado su incidencia son los de orofaringe –que es la parte media de la faringe, detrás de la boca-, principalmente vinculados a infección por el virus de virus de papiloma humano.

Cómo reducir las secuelas

Más allá del riesgo que representa para la salud, la aparición de un cáncer de cabeza y cuello puede resultar condicionante para el paciente por el área en la que se aloja. Son zonas del cuerpo vinculadas a múltiples y muy importantes funciones fisiológicas y de relación social, como la respiración/ventilación, el habla, la deglución, el olfato y el gusto, entre otras.

El tratamiento de estos tumores involucra, la mayoría de las veces, opciones como cirugía y radioterapia, que pueden dejar secuelas muy importantes en la vida de los pacientes. Por este este motivo, es muy importante el diagnóstico precoz, no solo para mejorar la chance de curación, sino también para que las secuelas del tratamiento sean lo menos severas posibles.

Lo cierto es que los tumores de cabeza y cuello no suelen dar aviso o, al menos, es poco frecuente que lo hagan a tiempo. ¿Cuáles son los síntomas a los que habría que estar atento para realizar una rápida consulta médica? La aparición de úlceras orales que no mejoran luego de algunas semanas, la presencia de disfonía de larga duración y el hallazgo de masas o bultos en el cuello, son algunos de ellos.

Las causas y cómo prevenirlo

Es excepcional que estos tumores tengan un componente hereditario, en el sentido más estricto del término. Los factores más importantes que predisponen la aparición son el tabaco, el alcohol y la infección por el virus de VPH. Este último factor es el que desde hace unos años viene generando un aumento en determinados tipos de cáncer de cabeza y cuello.

A lo largo de su vida sexual, se estima que cuatro de cada cinco argentinos van a entrar en contacto con alguna de las 100 variantes del VPH, que es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente a nivel mundial. A pesar de esta alta probabilidad de exposición, que afecta tanto a hombres como mujeres, sólo algunos terminarán desarrollaron un tumor de este tipo.

No existe un método de screening o tamizaje para utilizar universalmente. En el diagnóstico precoz es fundamental el adecuado conocimiento de la patología, no solo por parte de los médicos, sino de diferentes actores dentro del sistema sanitario, por ejemplo, los odontólogos. Incluso, en pacientes con elevada carga de antecedente tabáquico, podría ser beneficioso realizar un examen periódico de la cavidad oral, aunque siempre debe ser evaluado en cada caso particular.

En cuanto al tratamiento de esta enfermedad, además de la cirugía y la radioterapia, en algunos casos puede involucrar la quimioterapia e incluso terapias más modernas como la inmunoterapia.

Estos tumores se pueden curar, la clave está en el diagnóstico adecuado y temprano. Además, es importante que sean evaluados y tratados en un centro especializado con experiencia en el manejo de este grupo de pacientes. Es fundamental el manejo multidisciplinario, que involucre diferentes profesionales dedicados a esta patología, como ser oncólogos, cirujanos, radioterapeutas, nutricionistas, fonoaudiólogos y enfermeros, entre otras especialidades.

En el marco del Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello, es importante tener en cuenta que la principal falla es el desconocimiento general de esta patología. Es por eso que es importante difundir estas fechas para una concientización y educación. Además, es relevante acompañar con estrategias de prevención de aquellos factores que generan un aumento del riesgo.

Los programas de cesación tabáquica, las campañas de detección precoz de lesiones en cavidad oral, las campañas de educación sexual y la vacuna contra el HPV son medidas aplicables a la sociedad que pueden reducir la incidencia de estos tumores.

Por: Dr. doctor Agustín Falco (MN 113572) es especialista en tumores de cabeza y cuello y de tiroides, y oncólogo clínico del Instituto Alexander Fleming (IAF)

Fuente: Infobae

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