Este tipo de cáncer es el segundo más frecuente en la Argentina; en 2020, hubo 15.895 nuevos casos. Además, es el segundo cáncer en mortalidad. Según especialistas, esta enfermedad es evitable y detectada a tiempo se puede curar.
El 75% de las personas que desarrollan cáncer colorrectal (CCR) no tiene antecedentes familiares y hay un incremento en la detección de la enfermedad en personas jóvenes, lo que podría deberse, entre otros factores, al cambio en la forma de comer y al consumo de alimentos industrializados, indicaron especialistas con motivo del día mundial de concientización sobre esta enfermedad que se conmemora el 31 de marzo.
«Han cambiado los hábitos de alimentación en los últimos 20 o 30 años o más y hoy se está estudiando el impacto de los alimentos industrializados en el organismo y en el desarrollo del cáncer colorrectal», indicó Oscar Laudanno, jefe del Departamento de Gastroenterología del Instituto de Investigaciones Lanari y vicepresidente de la Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE).
El especialista señaló que «si bien es muy difícil entablar una relación causal, de forma directa, ya que son muchos los factores que intervienen, es evidente que hay un aumento de casos en pacientes jóvenes, incluso en aquellos que no tienen antecedentes genéticos».
Factores hereditarios y ambientales
Laudanno describió que estudios experimentales realizados con animales reportaron que tomar bebidas con jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) predispone al desarrollo de lesiones oncológicas más grandes y más agresivas.
«La ingesta de productos que no son saludables modifica la microbiota intestinal y hay cierto tipo de bacterias que le dan una impronta más agresiva al cáncer de colon. Hoy sabemos que una microbiota inadecuada favorece el cáncer de colon», sostuvo.
En ese sentido, indicó que «la ingesta de alcohol también es un factor de impacto» y destacó que «como los jóvenes consumen cada vez más, al metabolizarlo el alcohol produce acetaldehído, un producto químico tóxico que sería un carcinógeno humano sobre todo del tubo digestivo, actuando particularmente sobre el intestino».
Según informó el Instituto Nacional del Cáncer (INC), el cáncer colorrectal es el segundo más frecuente en Argentina; en 2020, hubo 15.895 nuevos casos, de los cuales 8.493 fueron diagnosticados en varones y 7.402 en mujeres.
Además, es el segundo cáncer en mortalidad, con 7.502 decesos totales en 2019, de los cuales 3.945 fueron varones y 3.557 mujeres.
El cáncer de colon y recto es un tumor maligno que se desarrolla en la última porción del tubo digestivo, el intestino grueso.
«Se produce como consecuencia de una compleja interacción de factores hereditarios y otros denominados ambientales, que se relacionan con la alimentación y el estilo de vida», según un material difundido por el Instituto Nacional del Cáncer (INC) con motivo de la fecha.
Ese trabajo afirmó que «más del 90% de los cánceres colorrectales se producen en personas mayores de 50 años (varones y mujeres prácticamente en iguales proporciones), por lo cual el incremento de la expectativa de vida y la disminución de la natalidad que se observa en el país, con el consiguiente envejecimiento de la población, generará en las próximas décadas un incremento de la población vulnerable a esta enfermedad».
«En el 75% de los casos el cáncer de colon se desarrolla en personas que no tienen antecedentes personales ni familiares de esta enfermedad», describió por su parte Nicolás Rotholtz, jefe del Servicio de Cirugía y de la Sección Cirugía Colorrectal del Hospital Alemán de Buenos Aires.
El especialista agregó que «el resto se produce en pacientes con algún factor de riesgo, como antecedente personal de adenomas únicos o múltiples, cáncer colorrectal previo o enfermedad inflamatoria intestinal (Colitis Ulcerosa o Enfermedad de Crohn), y antecedentes en familiares de cáncer colorrectal o de adenomas únicos o múltiples».
«En colon y recto en más del 80% de los casos se genera primero por este crecimiento anormal de las células, un pólipo benigno denominado adenoma, que crece lentamente y tarda aproximadamente 10 años para transformarse en cáncer. Es por eso que este tipo de cáncer se puede evitar y detectado a tiempo se puede curar», añadió.
Detección temprana
El Programa para la Prevención y Detección Temprana del CCR (Pnccr) del INC propone como método de tamizaje para la población general el test de sangre oculta en materia fecal inmunoquímico (Tsomfi) de forma anual para todas las personas entre 50 y 75 años, sin antecedentes personales o familiares y sin síntomas que puedan relacionarse con patología.
Para las personas con antecedentes o síntomas (cambio en la frecuencia evacuatoria, sangrado al defecar, dolores abdominales o rectales frecuentes, anemia o pérdida de peso), es necesaria la derivación a una Consejería de Evaluación de Antecedentes y Riesgo, que establecerá los estudios correspondientes, que seguramente incluirá la realización de una video colonoscopía.
«La identificación de casos en poblaciones más jóvenes instaló un nuevo debate en las comunidades científicas de todo el mundo», dijo Betiana Pucci, también médica del Lanari y miembro de la Comisión Directiva de la SAGE.
Pucci explicó que la Sociedad Americana Contra el Cáncer recomienda que las personas que tienen un riesgo promedio (sin antecedentes ni enfermedad inflamatoria intestinal o cáncer colorrectal previo) consulten periódicamente al médico y comiencen las pruebas de detección periódicas a los 45 años.
Sin embargo, en Argentina, la indicación para pacientes sin antecedentes es a partir de los 50 años.
«No obstante, en pacientes con antecedentes de la enfermedad en parientes de primer grado, hay que estudiarse a partir de los 40 años ó 10 años antes de la edad del familiar al momento del desarrollo de la enfermedad, lo que ocurra primero», describió Pucci.
Controles en pandemia
A causa de la pandemia, en 2020, la cobertura del tamizaje del Programa del INC se redujo en un 47% respecto a 2019 y sólo un 13% accedió al diagnóstico endoscópico.
Por su parte, un relevamiento de la Sociedad Argentina de Coloproctología (SACP) arrojó que las consultas y cirugías por cáncer colorrectal cayeron entre un 50% y un 72% entre marzo y agosto de 2020, respecto al mismo período de 2019.
No obstante, previo a la pandemia tampoco se realizaban la cantidad de controles adecuados.
El oncólogo clínico Juan Manuel O’Connor, jefe del área de Tumores Gastrointestinales del Instituto Alexander Fleming, recordó que en la 4° Encuesta nacional sobre factores de riesgo de 2019 (ENFR, realizada por el Ministerio de Salud e Indec) «sólo el 31,6% de las personas de entre 50 y 75 años afirmó haberse realizado alguna vez una prueba».
«El tratamiento depende del momento en el que se diagnostica. El 75% de los casos requieren de una cirugía inicial y puede suceder que algunas personas post operación deban pasar por la quimioterapia» señaló por su parte Federico Esteso (MN 108803), oncólogo clínico y asesor del Laboratorio Varifarma.
Fuente: Télam