Dos estudios clave para saber la edad de tu corazón: cómo son y dónde se hacen

  • Expertos advierten que hay personas sin factores de riesgo que están en peligro y no lo saben.
  • Hay estudios por imágenes que sirven para complementar los análisis clínicos.

En Argentina mueren cerca de 100 mil personas por año por enfermedades cardiovasculares. Y la aterosclerosis (presencia de placas de colesterol en las arterias) es la causa más frecuente de infarto o ACV. En el Día Mundial del Corazón, dos referentes en cardiología brindan las claves para prevenir y dan detalles sobre dos estudios que sirven para conocer la edad del corazón.

Según Fernando Botto, médico cardiólogo y jefe de Investigación del ICBA, Instituto Cardiovascular, existen muchas valoraciones en relación al riesgo cardiológico. “Usamos gran cantidad de calculadores. Además de edad y sexo, se tienen en cuenta factores de riesgo como hipertensión arterial, colesterol alto, también si la persona fuma o tiene sobrepeso. La diabetes se suele equiparar directamente con la enfermedad cardiovascular, en general, implica alto riesgo”, señala el especialista.

Para entender la forma de estimar el riesgo, Botto explica: “Una persona de 50 años sin ningún factor de riesgo tiene un 3% de chances de sufrir un infarto, por ejemplo. A los 60, pasa a tener un 5% de posibilidades. Entonces, si el cálculo de una persona de 50 con algún factor de riesgo da que tiene un riesgo del 5% y no del 3% se dice que, en realidad, su corazón es como el de una persona diez años mayor”.

El problema, advierte el cardiólogo del ICBA, es que hay casos de personas sin factores de riesgo que igualmente están en peligro y no lo saben.

Esto se puede observar a través de estudios por imágenes, que sirven para complementar el análisis clínico y ayudan a poner el foco en las arterias y estimar realmente la edad del corazón.

“El EcoDoppler, un ultrasonido vascular, es la manera de medir si hay placas de colesterol o ateromas tanto en las arterias carótidas (del cuello) como en las femorales (de la ingle)”, explica Botto.

El segundo estudio es una tomografía computada de calcio coronario. “Sirve para dar con calcio en las arterias coronarias. La grasa se calcifica con el tiempo por lo que hallar calcio es señal de que el colesterol está allí hace mucho”, aporta.

Estos estudios no se hacen en forma rutinaria pero, según Botto, vale la pena solicitarlos siempre que exista alguna sospecha. “Es decisión del especialista, el EcoDoppler suele pedirse con más frecuencia que la tomografía”, cuenta.

Y resalta que «el 85% de los infartos se dan por obstrucciones coronarias no severas detectables a partir de estos estudios”.

Mayor riesgo

Las cifras de infartos son similares en hombres y mujeres, el tema es que los hombres suelen sufrirlos entre 5 y 10 años antes. “El promedio en Argentina es de 59 años en los varones y de 66 años en las mujeres. Eso es porque a ellas las protegen los estrógenos hasta la menopausia. Sin embargo, el número total termina siendo parecido”, sostiene Botto.

Aclara, además, que está instalada la idea de que si el colesterol en sangre da bien, no hay peligro cardiovascular, cuando no es así. “El LDL (colesterol malo) puede dar bajo y que igualmente exista riesgo. A los 20 años, el 25% de las personas tiene placas de aterosclerosis y a los 40, el 60% aproximadamente”, comenta.

Pide destacar que la intención no es alarmar, sino prevenir: “Entre los 20 y los 40 años hay un bache en los cuidados de la salud y con las cuatro décadas suelen empezar los infartos en varones».

«Los eventos cardiovasculares graves podrían evitarse hasta en un 80% si las personas se hicieran una buena evaluación cardiovascular a tiempo”, remarca y asegura que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en mayores de 35 años y que no se logra bajar la incidencia por la falta de controles y educación para la salud.

Qué debería incluir el chequeo

El control cardiológico, recomendado para hombres desde los 35 y mujeres desde los 40, debe incluir un examen clínico, un chequeo físico (auscultar a la persona), un análisis de sangre para medir glucosa, colesterol total, HDL, LDL, triglicéridos y Lp(a) lipoproteina (a). También hay que hacer un electrocardiograma.

Esteban Clos, cardiólogo a cargo del área de Resonancia y Tomografía Cardíaca del Hospital Británico, coincide en que, más allá de detectar los factores de riesgo; otro recurso para aprovechar, siempre que corresponda, es el diagnóstico por imágenes.

“Me refiero a la realización de un ecocardiograma o EcoDoppler cardíaco, carotídeo y de miembros inferiores para valorar el flujo a través de las arterias», explica Clos.

Dice que esto es clave porque, por ejemplo, uno puede tener niveles normales de colesterol pero que, por un tema genético, esté mal distribuido y se deposite en las arterias coronarias”, advierte el cardiólogo, que es director médico de Econova, y sostiene que sería bueno contar con un EcoDoppler a partir de los 40 años, tanto hombres como mujeres.

En tanto, afirma que la tomografía de calcio coronario también es útil, pero puntualmente para personas que presentan factores de riesgo y que los antecedentes familiares deben tenerse en cuenta.

Por último, destaca que las obras sociales y prepagas no siempre autorizan las tomografías. En el sector público asegura que rara vez se efectúa este último estudio.

Por: Paula Galinsky

Fuente: Clarín

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