Día Mundial de la Diabetes: advierten sobre una de las consecuencias menos conocidas de la enfermedad a edad temprana

Desarrollar la patología antes de los 60 años casi triplica el riesgo de padecer deterioro cognitivo o demencia

La diabetes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a uno de cada 10 adultos y su incidencia está en aumento. Su desarrollo, entre otras consecuencias, favorece el daño de las arterias y del músculo cardíaco. Otra de sus implicancias, tal vez poco conocida, es la asociación entre la diabetes temprana y la demencia. Según distintos estudios, afirma Ramiro Heredia, médico clínico del hospital escuela de la Universidad de Buenos Aires (UBA), tener diabetes antes de los 60 años casi triplica el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo o demencia.

El avance de la diabetes en la población constituye una preocupación central de los sistemas sanitarios de todos los países, a tal punto que la OMS la catalogó como la gran epidemia mundial de este siglo. Impulsada por cambios culturales que asentaron conductas sedentarias y malos hábitos de alimentación, esta enfermedad se propaga y ya se encuentra entre las diez principales causas de muerte a nivel global. Hoy se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, con el objetivo de generar conciencia sobre su impacto en la salud y resaltar las oportunidades para fortalecer la prevención, diagnóstico y tratamiento.

“Se estima que en el mundo viven más de 450 millones de personas con diabetes y lo más preocupante son las estimaciones para los próximos 25 años, que indican un incremento en alrededor de un 50% debido al envejecimiento de la población, pero también al incremento de sobrepeso y obesidad de nuestras sociedades. En la Argentina, aproximadamente una de cada 10 personas adultas presentan diabetes y lamentablemente, al tratarse de una enfermedad habitualmente asintomática, muchas no lo saben”, plantea Hugo Sanabria, jefe de la Clínica Diabetes del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). Según estimaciones del Ministerio de Salud de la Nación, cerca del 40% de los diabéticos desconoce su condición.

En los Estados Unidos, se considera que una persona puede presentar prediabetes cuando los niveles de glucosa en ayunas están entre 100 y 125 mg/dl (en las guías argentinas, es a partir de 110 mg/dl). Por arriba de esas cifras, se la considera diabética.

Heredia señala que la evidencia demuestra que, además, esta enfermedad aumenta el riesgo de tener deterioro cognitivo o demencia. Un grupo de investigadores de la Universidad John Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos, analizaron si la asociación entre prediabetes y demencia tiene que ver con el desarrollo de diabetes, o no. Para ello usaron a los participantes del estudio Atherosclerosis Risk in Communities (ARIC). Cuantificaron la asociación de la prediabetes con el riesgo de demencia, antes y después de tener en cuenta el desarrollo posterior de diabetes. También evaluaron si la edad en el momento del diagnóstico de diabetes modificaba el riesgo de demencia”, describe el médico del Hospital de Clínicas.

Entre 11.656 participantes sin diabetes al inicio del estudio, 2330 (el 20% o uno de cada cinco) tenían prediabetes. Antes de tener en cuenta el nuevo diagnóstico de diabetes, la prediabetes se asoció significativamente con el riesgo de demencia: un 12% más. Sin embargo, al incluir en este análisis el desarrollo de diabetes luego de la prediabetes, la relación entre prediabetes y demencia dejaba de ser significativa.

Para el inicio de la diabetes entre los 60 y los 69 años, el riesgo de demencia fue 73% mayor que el de una persona sin diabetes. Mientras que si la enfermedad inicia entre los 70 y los 79 años, el riesgo de demencia fue un 23% mayor.

Estos resultados sugieren que lo que aumenta sustancialmente el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo o demencia es, sobre todo, el desarrollo de la diabetes. Lo más importante, destaca el especialista, es no llegar a padecerla antes de los 60 años.

Esto quiere decir que tener diabetes antes de los 60 años casi triplica el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y/o demencia. En síntesis, la prediabetes se asocia con un riesgo mayor de demencia, pero este se explica por el desarrollo posterior de diabetes y no por la prediabetes por sí sola. La edad más temprana de aparición de la diabetes aumenta sustancialmente el riesgo de demencia”, agrega Heredia.

Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva de Fleni, sostiene que existe una relación entre la diabetes y la demencia, no solo por lo referido en el estudio mencionado, sino también por lo que observa en su experiencia clínica. “El desarrollo de diabetes es central para el deterioro cognitivo. También es claro que, cuanto más temprano se desarrolle, más probabilidad tendrá de profundizar ese deterioro. El impacto sobre el sistema vascular que genera la diabetes claramente predispone a una demencia vascular o mixta. Por ello es sumamente importante el trabajo lo antes posible sobre los cambios en estilo de vida, reducción de peso y uso de medicamentos”, indica Allegri.

La prevención y los tratamientos

“Un plan alimentario saludable y la actividad física son los pilares para un adecuado control de la diabetes. Por supuesto que disponemos de numerosos fármacos, muchos de ellos muy efectivos no solo en controlar la glucemia, sino también en reducir el riesgo cardiovascular. Pero si no logramos que nuestros pacientes alcancen un peso adecuado y adopten hábitos saludables difícilmente logremos sostener a largo plazo un adecuado control”, sostiene Sanabria.

Gabriel Ércoli, médico genetista y director médico de Gempre Genómica, detalla que existen distintos tipos de diabetes. Los principales son la diabetes mellitus tipo 1 y la diabetes mellitus tipo 2. En la diabetes mellitus tipo 1, que representa entre el 5% y el 10% de los casos, el sistema inmunológico del paciente ataca y destruye las células betapancreáticas, productoras de insulina. El riesgo aumenta cuando existen ciertos cambios genéticos o variantes en genes que se relacionan con el sistema inmune. En la diabetes mellitus tipo 2, suele existir una resistencia a la acción de la insulina por parte de las células del músculo y del tejido graso.

En estos procesos, indica el especialista, intervienen los genes CAPN10, TCF7L2, GCK, ABCC8, GCGR, GLUT2, SLC2A2, HNF4A, que tienen funciones hormonales, regulatorias o enzimáticas. Además, el gen INS brinda las instrucciones para fabricar un precursor de la hormona insulina, importante para el mantenimiento de valores normales de glucosa en sangre.

“Variantes en estos genes, que les confieren una menor o mayor actividad, colaboran para aumentar o disminuir el riesgo de desarrollar diabetes. Existe una evaluación genética para condiciones metabólicas que en algunos casos puede brindar una orientación diagnóstica y terapéutica. Sin embargo, la diabetes mellitus tipo 2 tiene un origen multifactorial, lo cual implica que surge por la interacción entre factores de predisposición genéticos y ambientales. Por este motivo, es muy importante evitar el sedentarismo, mejorar la alimentación, cuidar el peso corporal y dejar de consumir sustancias tóxicas como el alcohol y el tabaco”, sugiere Ércoli.

Por Alejandro Horvat

Fuente: La Nación

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