Los avances en la comprensión genética de los tumores han revolucionado las estrategias de diagnóstico, mejorando los resultados de las terapias y la calidad de vida de los pacientes. La posición de liderazgo de Argentina en la implementación de un enfoque multidisciplinario
En los últimos años, el tratamiento de diversos tipos de cáncer ha sufrido una transformación significativa debido a los avances científicos y tecnológicos, que mejoraron considerablemente las metodologías de detección y tratamiento.
Argentina contribuye significativamente a este campo con expertos de alto nivel y centros reconocidos mundialmente, alterando las expectativas de vida de los pacientes. Actualmente, los especialistas sostienen que el término cáncer ya no implica una sentencia de muerte, como solía ser casi sin excepción en los últimos años del siglo XX, y se enfatiza cada vez más en la importancia de mantener una calidad de vida óptima durante y después del tratamiento oncológico.
“Los cambios en oncología han sido realmente notables. Particularmente en los últimos 10 o 15 años, donde todo se aceleró. No solo partiendo desde la prevención y la detección precoz, sino también desde el punto de vista de la aplicabilidad de los recursos”, afirma el doctor Reinaldo Chacón, una eminencia de la especialidad, quien fundó hace 30 años el Instituto Alexander Fleming (IAF). “Hay toda una serie de avances que hacen que uno piense de forma muy auspiciosa para el futuro”, agrega.
La estrategia de prevención y tratamiento del cáncer ocupa un lugar clave en las políticas de salud de Argentina, dada su tasa de incidencia media-alta. Anualmente, se diagnostican más de 130,000 casos nuevos en el país, lo que representa una tasa de 212,4 casos por cada 100,000 habitantes, de acuerdo con cifras del Observatorio Global del Cáncer (Globocan) difundidas por el Ministerio de Salud. Además, las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que la incidencia del cáncer podría incrementarse en casi un 80% para el año 2050.
“En las últimas tres décadas, no solamente hemos atravesado importantes avances en el desarrollo de nuevos tratamientos, sino también en la forma de concebir el enfoque de la enfermedad. Nos movemos hacia una medicina de precisión, en la que cada tratamiento se adapta a cada paciente en particular, y donde se consideran tanto la salud física como emocional de los mismos”, explica el mastólogo Federico Coló (MN 47917), director médico del IAF.
“La ciencia y la evolución en el conocimiento han modificado las estrategias diagnósticas y terapéuticas de los pacientes con cáncer. En estos últimos 30 años, la expectativa de vida del humano se ha incrementado a expensas de las mejorías en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares e infecciosas. Este evento ha conllevado a mayor desarrollo de patologías oncológicas debido a los años ganados. El envejecimiento es una de las causas más frecuentes del cáncer”, explica el doctor Matías Chacón (MN 86697), jefe de Oncología Clínica del Instituto Alexander Fleming.
El experto destaca que el mayor conocimiento del desarrollo genético del cáncer permitió la creación de terapias que están modificando el curso de estas enfermedades. “Todo este desarrollo ha impactado positivamente en la evolución de los pacientes con cáncer, alcanzando mayores tasas de cura, preservación de órganos, tiempos más extensos de control de enfermedad avanzada y mejor calidad de vida”, sostiene Chacón y sentencia: “Hoy la palabra cáncer se vincula más a longevidad que a la palabra muerte”.
Cáncer frecuentes y el camino hacia la cura
En la Argentina, los tres tipos de tumores más frecuentes son el cáncer de mama, el colorrectal y el de pulmón. Ellos representan casi el 40% de los 130 mil casos que se detectan cada año en el país, de acuerdo a las últimas estadísticas oficiales.
“El cáncer es un término que abarca cientos de patologías diversas con causas, evolución y sensibilidad a los tratamientos completamente distintos. En el caso del cáncer de mama, el avance ha sido muy importante tanto en el campo de la cirugía, la genética, las imágenes y la farmacología, minimizando la extensión de las cirugías, identificando grupos de tumores con un comportamiento distinto como los HER2 y los triples negativos, así como los tratamientos específicos con anticuerpos monoclonales que cambiaron la historia tanto de las pacientes con enfermedad localizada como con avanzada”, detalla el doctor Chacón.
El mastólogo Federico Coló agrega que “el empleo de quimioterapia neoadyuvante, es decir, antes de la cirugía, ha tenido un impacto beneficioso en la sobrevida de los pacientes con enfermedad avanzada de cáncer de mama, pero también de ovario y de colon. El desarrollo de nuevas moléculas o terapias target ha permitido mejorar la sobrevida de pacientes con estadios incurables de la enfermedad”.
En el caso del cáncer colorrectal, que tiene la particularidad de afectar casi por igual a hombres y mujeres, también se han dado múltiples avances, desde el diagnóstico precoz al conocimiento genético que señala grupos con cáncer de colon hereditario, además de un potencial beneficio con el uso de la inmunoterapia.
“Otro modelo tumoral que ha cambiado drásticamente en los últimos 10 años es el cáncer de pulmón, donde las terapias dirigidas contra alteraciones genéticas determinadas y la inmunoterapia permiten que los pacientes extiendan las expectativas de control de enfermedad y supervivencia”, acota Chacón.
Argentina, pionera en la creación de centros especializados
El incremento en la incidencia de cáncer junto con los progresos en los tratamientos hizo necesaria, a finales del siglo XX, la creación de centros especializados en oncología. En este contexto, Argentina se adelantó al establecer en 1994 en Buenos Aires el Instituto Alexander Fleming (IAF), convirtiéndose en el primer centro privado de oncología de América Latina.
La fundación del IAF fue motivada por una experiencia personal de Bernardo Rubinstein (padre), destacado empresario del sector naviero, quien en 1972 enfrentó la noticia del diagnóstico de osteosarcoma en su hijo Pablo, de 11 años. En su búsqueda por salvarlo, Rubinstein contactó al doctor Reinaldo Chacón, el oncólogo más renombrado del país. Desafortunadamente, debido a las limitaciones en la tecnología y los recursos de esa época en Argentina, no fue posible hallar un tratamiento efectivo, y Pablo falleció al año siguiente.
Rubinstein convirtió ese inmenso dolor en el motor para generar un espacio que les brindara a otros pacientes la atención que no había conseguido para su hijo. En sus charlas con Chacón, volvía una y otra vez sobre la misma pregunta: “¿Cómo puede ser que no haya un instituto que se dedique exclusivamente al cáncer e incorpore todas las cosas nuevas?”.
Hoy Reinaldo Chacón recuerda que aquellas conversaciones “giraban en torno a que nuestro país tenía gente que sobresalía en el área oncológica, pero que no podían desarrollar las diferentes caras de la especialidad. Ese era el criterio que Bernardo y yo deseábamos encarar. El tiempo nos llevó a que, con la ayuda fundamental de él, más la sumatoria de muchos amigos de ambos, pudimos llevar adelante el proyecto Alexander Fleming”.
El 14 de marzo del 1994 se fundó el IAF, que hoy cuenta con más de 50 especialidades médicas y oncológicas y un plantel de profesionales de excelencia que abordan la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los distintos tipos de cáncer. En estas tres décadas se han logrado notables avances, desde la tecnología de última generación con equipos únicos en el país para mejorar la precisión en los resultados y tratamientos hasta la innovación en la experiencia del paciente en pos de la mejor asistencia médica y calidad humana.
Los avances en cirugías oncológicas
“La cirugía sigue siendo el pilar más importante en el tratamiento del cáncer, en los estadíos iniciales. Sumada a tratamientos previos o posteriores (quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia), permite curar muchos pacientes antes considerados incurables”, plantea el doctor Eduardo Huertas (MN 44046), Jefe del Departamento de Cirugía del Instituto Alexander Fleming.
“El principal avance en la cirugía oncológica en las últimas décadas es que los cirujanos hemos aprendido a trabajar dentro de un equipo oncológico multidisciplinario con distintos especialistas antes de llevar el paciente al quirófano. Allí se decide si el paciente requiere algún tratamiento antes o después de la cirugía, inclusive si después de los tratamientos todavía necesita cirugía”, agrega el experto.
Además destaca que ya no tienen la necesidad de decidir si un tumor es extirpable en medio de la intervención, sino que actualmente esa decisión se pude tomar previamente analizando los estudios con los imagenólogos en la pantalla del consultorio.
“En cuanto a lo técnico, el desarrollo de instrumental (como suturas mecánicas y engranpadoras) ha facilitado las cirugías. El desarrollo de la laparoscopía -que es repetir los gestos de la cirugía abierta pero a través de pequeños orificios con instrumental específicamente diseñado y con la guía de una cámara- ha permitido internaciones más breves, postoperatorios menos dolorosos y una reintegración social más rápida”, remarca el doctor Huertas.
Un trabajo en equipo
La detección temprana de un tumor hoy es posible en los tipos más frecuentes, lo que en muchos casos permite erradicarlo y curarlo. Los expertos, de todas formas, sostienen que la estrategia más importante sigue siendo la prevención primaria, que contempla tomar acciones a nivel poblacional para evitar el desarrollo de la enfermedad. Principalmente, se basa en reducir el tabaquismo, evitar la exposición a distintos agentes virales (por ejemplo, estimulando la vacunación del HPV), estimular la actividad física y disminuir el sedentarismo y el sobrepeso.
Todo esto conlleva un trabajo en equipo, que excede las labores específicas del oncólogo, y las complementa con la mirada de otros especialistas para enriquecer las estrategias terapéuticas.
“El abordaje multidisciplinario del cáncer produjo un cambio sustancial en el entendimiento de la enfermedad y las posibilidades terapéuticas. Es decir, grupos de expertos en distintas áreas trabajando transversalmente, optimiza el cuidado de los pacientes, siempre en el contexto de un formato educativo continuo, investigación y cooperación. Esta es la fórmula para que las instituciones eleven el nivel de asistencia y competitividad en la región, con el objetivo final y común que es mejorar la vida de los pacientes”, sostiene el doctor Matías Chacón.
“En IAF, estamos convencidos de que el abordaje multidisciplinario del paciente oncológico constituye el pilar fundamental del tratamiento. Consolidar un equipo, donde cada especialidad juega un rol fundamental constituye nuestro desafío cotidiano, pero que sin duda, brinda los mejores resultados”, concluye el doctor Federico Coló.
Fuente: Infobae