Aumenta la mortalidad por cáncer de colon en jóvenes: “banderas rojas” y quiénes deben estudiarse antes de los 50

La tasa de mortalidad en menores de 54 años creció un 25% en Argentina entre 1997 y 2020, según el primer estudio realizado el país.

En líneas generales, antes de los 50 años las personas no se autoperciben en riesgo de desarrollar cáncer de colon o recto. Pero el cáncer colorrectal (CCR) de inicio temprano (es decir, antes de esa edad) es cada vez más frecuente. Y por primera vez un estudio realizado en el país mostró que en los últimos 25 años aumentaron la tasas de mortalidad en adultos jóvenes en Argentina.

Se trata del primer reporte sobre este tema en Latinoamérica que, sumado a otros de Estados Unidos, Canadá, Europa, China y Australia, «permite concluir definitivamente que el aumento del CCR de inicio temprano es un fenómeno global«, destaca Marina Antelo, médica gastroenteróloga, investigadora del Conicet, con Unidad ejecutora en el ISCo de la UNLa, y trabajo de campo en la Sección Oncología del Hospital de Gastroenterología Udaondo.

A raíz de esta situación, en 2021, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos bajó de 50 a 45 años la edad recomendada para empezar los exámenes de detección de cáncer colorrectal en población general.

¿Es momento de hacer lo mismo en Argentina? Para Antelo -que habló con Clarín en vísperas del Día del Cáncer de Colon que se conmemora el 31 de marzo-, habría que discutirlo.

Mientras tanto, enfatizó «la urgente necesidad de educar a la población general y a la comunidad médica sobre los síntomas de alarma del CCR y sobre la importancia de conocer los antecedentes familiares de cáncer, a fin de identificar a las personas menores de 50 años que deberían ser estudiadas antes de la edad indicada por nuestras guías».

Cáncer colorrectal en jóvenes

Las tasas de mortalidad por cáncer colorrectal entre 1997 y 2020 en personas de 20 a 54 años aumentaron en forma constante y experimentaron una variación porcentual del 25%, advierten los resultados del trabajo presentados en el último Congreso Argentino de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva en Mar del Plata 2023.

«Cuando analizamos las tasas de mortalidad globales de CCR en los últimos 24 años, incluyendo hombres y mujeres, estamos hablando de 16 muertes cada 100 mil habitantes. Pero al desdoblar por grupos de edad, esa tasa cambia un montón», comentó Antelo, sobre el trabajo que lideró, en el cual colaboró Mariano Golubicki, y que es su tesis de Maestría de Gestión, Epidemiología y Políticas de Salud del ISCo, dirigida por Marcio Alazraqui..

«En menores de 54 años, pasamos de 3,16 muertes cada 100 mil habitantes en 1997 a 3,95», precisó la investigadora.

Al evaluar los datos por decenio y por sexo, el mayor aumento de las tasas de mortalidad por cáncer colorrectal se observó entre los 30 y 39 años. Y fue mayor en mujeres que en varones (la variación porcentual fue 75% y 63%, respectivamente).

Entre los más grandes, al menos al hablar de tasas, los datos fueron más alentadores. En individuos de 55 a 74 años (que están alcanzados por la recomendación de realizarse estudios de detección) se observó una muy leve disminución de las tasas de mortalidad, cercana al 2%. En los mayores de 75 se observó una reducción más acentuada, del 17%.

Una lectura apresurada de estos datos llevaría a ser demasiado pesimista con la situación actual del cáncer de inicio tempano y más optimista en relación a los mayores. Pero sería errónea, o no del todo correcta.

«Al comparar las tasas de mortalidad, por más que en jóvenes aumentaron, en los mayores de 50 o 54 siguen siendo muy altas. Mientras que en los menores de esa edad hablamos de entre 3 y 4 muertos cada 100 mil habitantes, a los 55 son 46; y en los mayores de 75, de 128 a 154muertos», precisó Antelo.

«Una forma de analizar el impacto que una enfermedad tiene en la población es ver las muertes que genera y también como eso evolucionó en el tiempo: que haya bajado en mayores no quiere decir que ya está. Todavía nos queda mucho trabajo por hacer porque sigue muriendo mucha gente de un cáncer prevenible. Que haya subido en jóvenes tampoco quiere que solo debamos concentrarnos en ellos, porque siguen siendo números muy bajos», matizó.

¿Hay que bajar la edad de inicio de controles?

Esta pregunta tampoco admite una respuesta sencilla. En 2022, el Programa Nacional de Prevención y Detección Temprana de CCR del Instituto Nacional del Cáncer publicó una guía de práctica clínica en la que sugirió no bajar la edad de inicio de controles a 45 años en población de riesgo promedio (es decir, sin antecedentes, ni síntomas).

Antelo -que fue revisora de esa guía- considera que «se debe volver a discutir cuál es la edad ideal para iniciar el tamizaje de CCR en nuestro país». No obstante, admite que se trata de un debate «muy complejo», porque «requeriría muchos más recursos, estudios de costo-efectividad y acceso, generaría más disparidad y además dejaría afuera a todos los menores de 45 años, que es en quienes se vieron los mayores aumentos».

Pese a eso, el aumento de las tasas de mortalidad en jóvenes (que muy probablemente estén correlacionadas con una suba en la incidencia) «subrayan la necesidad imperiosa de detectar la enfermedad en estadios tempranos».

El objetivo, sostiene, debería estar puesto en «generar estrategias personalizadas más costo efectivas para identificar a los menores de 50 que deberían estudiarse antes de la edad indicada por nuestras guías».

Cáncer de colon: prevenir y detectar

El cáncer colorrectal es uno de los más fáciles de prevenir: se estima que 9 de cada 10 se podrían evitar, porque en la mayoría de los casos está precedido por una lesión precursora (el pólipo adenomatoso) que, detectado y extirpado a tiempo (a través de exámenes como la colonoscopia), no llega a convertirse en tumor.

Incluso en el caso de que haya evolucionado a cáncer, detectado en una etapa temprana, las posibilidades de curación son superiores al 90%, y los tratamientos son menos invasivos.

El problema es que los jóvenes no tienen indicación de someterse a controles, salvo que tengan antecedentes familiares, síndromes hereditarios o presenten síntomas. Por eso, según los especialistas, el énfasis debe ponerse en esos factores claves.

Antecedentes familiares

«Una de cada cuatro personas jóvenes con CCR tenían antecedentes familiares de cáncer colorrectal o de adenoma de alto riesgo que hubieran indicado la necesidad de realizar una colonoscopia antes de la edad en la que desarrollaron el cáncer. Así, probablemente ese cáncer se hubiera prevenido o no hubiera muerto por esa causa», indicó Antelo.

«Debemos saber interrogar y aconsejar mejor a los pacientes. A las personas que se realizan colonoscopias y se les detectan pólipos o tumores, debemos informarlas de tal manera que quede claro que esa información debe llegarle a familiares de primer grado (hijos y hermanos)», enfatizó.

En esos casos, se aconseja que empiecen a controlarse 10 años antes de edad en la que el familiar recibió el diagnóstico (por ejemplo: si el padre enfermó a los 40, el hijo debe empezar a controlarse a los 30), explicó Clarín el médico gastroenterólogo del Hospital Alemán Lisandro Pereyra, uno de los creadores de la herramienta ChequeáTuColon (en la que se puede calcular en forma online el riesgo individual).

También se debe estuadiar antes a las personas portadoras de síndromes hereditarios asociados a alto riesgo de cáncer colorrectal.

«El estudio de este síndrome se recomienda que comience por la persona que tuvo cáncer en la familia y se detecta por un análisis de sangre que es un test genético. Una vez identificado el síndrome, se chequean los familiares sanos ‘en cascada‘ y aquellos portadores comienzan sus controles de colonoscopías a edades muy tempranas (alrededor de los 20-25 años)», explica Luisina Bruno jefa de Oncogenética e integrante del Área Digestiva del Instituto Alexander Fleming (IAF).

Síntomas de bandera roja

«Estados Unidos bajó la edad a 45 años, pero el cáncer también puede darse antes. La persona puede ser joven, pero si tiene síntomas o antecedentes hay que evaluarla», señaló Pereyra.

Y subrayó: «Pese a que no se baje la edad de comienzo en países como el nuestro y muchos otros, sí es clave estar atentos a tratar de mejorar la detección de síntomas tempranos en quienes ya los tienen. El mensaje es: todos vengan a los 50, pero el que tenga el mínimo síntoma tiene que consultar a cualquier edad, no hay que esperar», subrayó.

El listado de síntomas incluye: cambios en el hábito evacuatorio (pasar de la constipación a la diarrea o viceversa), proctorragia (sangrado por la cola), sangre mezclada con materia fecal, dolor de panza prolongado en el tiempo sin mejora con tratamiento, anemia (glóbulos rojos bajos), falta de apetito, palidez o coloración amarilla de piel y mucosas, pérdida de peso sin causa aparente, diarrea de más de un mes de duración, fatiga extrema.

«Los síntomas de bandera roja que mayor valor predictivo positivo tienen son la proctorragia y la anemia ferropénica«, indicó Antelo.

«Obviamente -añadió-, no podemos hacerle colonoscopia a cada individuo que tenga dolor abdominal, porque tendríamos que hacerle colonoscopia a mucha gente. Sí, por lo pronto, aquellos que tienen proctorragia o anemia ferropénica tienen indicación de colonoscopia, aunque sean jóvenes y no tengan antecedente familiar.»

En tanto, «quienes tengan diarrea o dolor abdominal que no mejore con un tratamiento y alimentación adecuada y/o en caso de pérdida de peso sin explicación aparente, también hay que considerar un estudio endoscópico».

¿Por qué aumenta el cáncer de colon en jóvenes?

«Si observamos las curvas de incidencia y mortalidad, por ejemplo en Estados Unidos, se puede ver claramente diferencias en grupos desagregados por edad. En el grupo de personas mayores a 50 años, la incidencia y mortalidad se encuentra en descenso. La relación inversa se puede ver en personas menores de 50 años, que son considerados adultos jóvenes, en los cuales la incidencia y mortalidad muestran una tendencia en ascenso«, planteó Juan Manuel O’Connor, jefe del área de Tumores Gastrointestinales del IAF.

«Se estima que entre un 30 y un 40% de los casos de cáncer en jóvenes tienen antecedentes familiares de primer grado de CCR, o de adenomas de alto riesgo, o de síndromes hereditarios, pero más de la mitad de los casos no tiene nada que justifique que ese tumor haya aparecido», sostuvo Antelo.

«Las hipótesis son un montón -dijo- y se relacionan con cambios en el estilo de vida desde la temprana infancia, con alteración de la microbiota y con una inflamación crónica en edades mucho más tempranas que hacen que el cáncer en vez de aparecer a los 65, aparezca a los 45″.

«Recién ahora están empezando a salir estudios o análisis de cohortes importantes que lo asocian al aumento del uso antibióticos durante la infancia y la adolescencia, así como a un mayor consumo a edades tempranas de alimentos ultraprocesados y al incremento de consumo de alcohol en los jóvenes», ejemplificó.

«En estudios de cohorte realizados principalmente en Estados Unidos se vio que los nacidos a partir de 1990 tienen el doble de riesgo de desarrollar cáncer de colon y el cuádruple de riesgo de desarrollar cáncer de recto en comparación con aquellos que nacieron, por ejemplo, en 1960. Es una enfermedad en la que debemos estar todos muy alertas«, concluyó Antelo.

Por: Florencia Cunzolo

Fuente: Clarín

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