Los especialistas consultados por LA NACION y una investigación sostienen que puede haber una asociación entre los partidos de fútbol y los eventos cardíacos; qué recomiendan los profesionales para reducir los riesgos
La selección argentina debe ganar mañana el partido contra México para seguir compitiendo por la Copa del Mundo que se disputa en Qatar. Muchos hinchas viven este tipo de definiciones con una intensidad emocional particular: el cuerpo libera adrenalina y suben las pulsaciones, al igual que la presión sanguínea. Y ese cóctel –complejo para una persona con factores de riesgo– suele estar acompañado por el consumo de comidas hipercalóricas, con mucho sodio, y de algunas bebidas alcohólicas.
Los especialistas consultados por LA NACIÓN afirman que durante los eventos deportivos de gran relevancia suelen aumentar los eventos cardíacos. De hecho, existe un estudio publicado en The New England Journal of Medicine en julio de 2008, que analizó 4279 eventos cardíacos atendidos durante el Mundial de 2006, organizado en Alemania, y comparó esa cifra con los registrados un mes antes y otro después del campeonato, y con los del período que iba del 1° de mayo al 31 de julio de 2003 y de 2005.
Durante los días que jugó el equipo alemán, los médicos debieron atender, en promedio, 2,66 veces más pacientes por infartos y arritmias. Pero, cuando el estudio se centró en los varones, la cifra aumentó a 3,26. La mayor incidencia de eventos se dio en las dos horas posteriores al inicio del partido.
Mientras que uno de los números más alto de eventos cardiovasculares se registró el 30 de junio de 2006, momento en que los alemanes enfrentaron a la selección argentina y los germanos terminaron ganando con una definición dramática de penales. Durante ese encuentro, el número de complicaciones cardíacas fue cinco veces más alto que en los otros períodos contemplados en el estudio.
Estrés individual y colectivo
Jorge González Zuelgaray, director de la carrera de especialistas en electrofisiología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y jefe del Servicio de Arritmias de los sanatorios de la Trinidad San Isidro y Ramos Mejía, destaca que, en primer lugar, el partido de mañana debe ser visto como un juego, y no como una cuestión de vida o muerte. Pero como conoce el fanatismo de los argentinos por el fútbol, sabe que es una recomendación que, posiblemente, pasará inadvertida.
El especialista enmarca a los cuadros de estrés en dos categorías: individual o colectivo. “El individual tiene que ver con una mala noticia personal, por ejemplo. Mientras que los otros son fenómenos de gran magnitud, como un desastre natural o, para algunos, un partido de fútbol del Mundial. En este último tipo de situaciones se ven más casos de eventos cardiovasculares y de muerte súbita, que son las muertes que ocurren sin síntomas previos o con alguna sintomatología dentro de la hora previa al evento sin que la persona pueda ser reanimada”, explica González Zuelgaray.
Sin embargo, aclara que el riesgo de un pico hipertensivo, una arritmia grave o un evento isquémico por una falta de irrigación al miocardio se da en personas que tienen una condición previa o que tienen una patología que se asocia a arritmias malignas.
“Alguien que no tiene estas condiciones, puede soportar cualquier carga de estrés. A lo largo de mi carrera vi cuadros de muerte súbita que se desencadenaron durante un partido de fútbol, pero todos los pacientes tenían cardiopatías de base”, resalta el especialista.
Riesgos
Miguel Schiavone es el jefe del servicio de Hipertensión Arterial del Hospital Británico. Él señala que las emociones están muy vinculadas a los eventos cardíacos. Pero, al igual que Zuelgaray, sostiene que para que eso ocurra la persona debe tener cierta predisposición por tener antecedentes cardíacos o factores de riesgo no controlados.
“Muchos pacientes subestiman el estrés crónico, y a eso además se le suma un evento de mayor tensión, como puede ser el partido del Mundial. En esos episodios se libera adrenalina y eso genera una contracción de los vasos que puede desencadenar arritmias o un accidente cerebrovascular”, detalla Schiavone.
A modo de sugerencia, Schiavone indica que sería prudente, al igual que en el resto de los días, no olvidarse de tomar la medicación y hacerse los controles necesarios para chequear el colesterol, la presión y la diabetes, entre otros factores de riesgo. “La hipertensión suele ser asintomática hasta que ya es demasiado tarde, por eso es importante controlarse. Otra recomendación posible sería sintonizar un canal en el que el relato del partido no sea tan acalorado, o en todo caso bajar el volumen de la televisión”, agrega.
Por su parte, Alberto Alves de Lima, director Médico del ICBA Instituto Cardiovascular, al igual que sus colegas, vincula la emocionalidad con los eventos cardíacos. “Siempre que hay una situación estresante se desencadenan una serie de reacciones en el organismo a partir de la liberación de adrenalina que podrían generar un evento cardíaco en personas de riesgo. Y el Mundial no es la excepción”, señala.
Y sostiene que una cuestión a resaltar son los hábitos que se generan alrededor del partido de fútbol, como un alto consumo de calorías y alcohol.
“Generalmente, la gente pide comidas con harina, sodio y azúcar, cuando el abuso de esos alimentos y de bebidas alcohólicas genera una mayor predisposición a un evento cardiovascular. La enfermedad coronaria se puede expresar por el dolor en el pecho, molestias en el brazo, fatiga, entre otros. Y si se llegara a desencadenar un evento de esas características, habrá que llamar a los servicios de emergencias”, concluye Alves de Lima.
Por su parte, Gustavo Ontiveros. médico cardiólogo, presidente de la Fundación para la Prevención de la Muerte Súbita, destaca que los síntomas de alerta siempre deben motivar una toma de conducta activa, independientemente del contexto festivo o no. Y esos síntomas son, principalmente, la aparición de dolor de pecho, la perdida repentina de fuerza de un miembro o del habla y la perdida de conciencia.
En cuanto a los rituales que rodean a los encuentros, sobre todo vinculados la comida y la bebida, Ontiveros resalta que si bien para la gran mayoría de las personas consumir más calorías que lo habitual no traería mayores problemas, existen poblaciones más vulnerables como los diabéticos e hipertensos de difícil control y las personas con insuficiencia cardíaca que si deben evitar las transgresiones.
Por Alejandro Horvat
Fuente: La Nación