En diálogo con Télam, especialistas explicaron que «tiene que ver con el acceso al sistema y la posibilidad de acceder a los exámenes». Además, pidieron prestar atención a las pautas de cuidado y hacer la consulta anual ginecológica ya que la detección precoz permite salvar vidas.
Afecciones ginecológicas benignas y patologías como tumores de mama y cuello de útero aumentan su prevalencia de acuerdo «a la edad y el segmento socioeconómico», advirtieron especialistas que pidieron prestar atención a las pautas de cuidado y hacer la consulta anual ginecológica en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, que se conmemora el domingo.
La ginecóloga Mercedes Fiuza aseguró a Télam que los problemas ginecológicas más frecuentes en la Argentina son las alteraciones del ciclo, endometriosis y dolor menstrual, miomatosis (presencia de miomas o fibromas en el útero), quistes de ovario, infecciones y alteraciones hormonales.
Aunque en su mayoría se trata de cuadros benignos, pueden variar su prevalencia según la edad de la persona.
Mientras que en adolescentes y jóvenes es más frecuente encontrar enfermedades infecciosas, amenorrea (falta de menstruación) y alteraciones del ciclo derivadas de la toma de anticonceptivos, las patologías mamarias benignas son las más frecuentes a cualquier edad.
«Pero su prevalencia es mayor en adolescentes y adultas jóvenes con la presencia de nódulos benignos, en tanto que el motivo de consulta más frecuente suele ser el dolor mamario», explicó la ginecóloga Sabrina Barchuk, miembro de la Sociedad Argentina de Mastología.
Cáncer de mama, la patología oncológica más frecuente en la mujer
En cambio, a partir de los 40 años y en la postmenopausia se incrementa el riesgo de enfermar de cáncer de mama, la patología oncológica más frecuente en la mujer.
Según datos del Ministerio de Salud, cada año se detectan en la Argentina más de 22.000 casos de esta patología que provoca cerca de 5.500 fallecimientos.
Por este motivo, la especialista en mastología enfatizó la importancia de realizar controles médicos anuales para la detección temprana de este tipo de cáncer a través de la mamografía, que «es el estudio que ayuda a reducir la mortalidad».
«Se recomienda la mamografía a partir de los 40 años de la mujer sin síntomas y antecedentes familiares, y por las características de la mama se puede necesitar complementar con otros estudios como ecografía y resonancia magnética», explicó Barchuk, médica de planta de la sección Mastología del Hospital Fernández de la ciudad de Buenos Aires.
Por el contrario, en personas con antecedentes de este tipo de tumor, lo recomendable es comenzar los chequeos específicos 10 años antes de la primera detección familiar. «Si una mujer tuvo cáncer de mama a los 42, su hija debería comenzar los estudios a los 32«, ejemplificó.
«Muchas veces las pacientes subestiman el riesgo de enfermar cuando no tienen antecedentes en la familia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que entre el 70 y el 75% de los casos son esporádicos y se desarrollan en mujeres que no tienen antecedentes familiares», precisó.
Fiuza sostuvo que en la Argentina se realizan controles de salud de forma periódica y de forma preventiva. «Las mujeres argentinas han comprendido la importancia de sus controles y son bastante constantes en esto», señaló.
La desigualdad económica puede dificultar el acceso a la atención
Sin embargo, la desigualdad socioeconómica junto con otros factores como el lugar de residencia y la distancia a los hospitales y clínicas pueden dificultar el acceso al sistema de salud.
Sobre este punto, puntualizó que en estratos socioeconómicos de menos recursos económicos «se detecta en estadios más avanzados, lo que tiene que ver con el acceso a la salud de las mujeres ligado a distintas cuestiones, no porque el sistema de salud no las reciba, sino porque la paciente no llega».
Y añadió que «una cosa es hablar de Capital Federal y otra del interior del país, sobre todo en los pueblos alejados».
En cuanto al inicio de la consulta ginecológica, las profesionales coincidieron en que debe iniciarse «preferentemente» antes de la primera relación sexual, o en caso de no haber iniciado la vida sexual, alrededor de los 23 años.
«Lo ideal seria que las niñas y adolescentes consulten en edades tempranas, ya que lo más importante es concientizar sobre las enfermedades de transmisión sexual (ETS), e incluso antes de tener relaciones sexuales es conveniente que las niñas adolescentes lleguen al sistema de salud para abordar esos temas», advirtió Barchuk.
Cáncer de cuello de útero
Una vez que se inician las relaciones sexuales, destacaron la importancia de realizar exámenes como el papanicolau, que permite diagnosticar tempranamente el cáncer de cuello de útero.
Según datos oficiales del 2020, en Argentina se detectan cerca de 4.600 nuevos casos cada año de este tipo de cáncer, lo que representa casi el 7% de todas las patologías oncológicas diagnosticadas en las mujeres, siendo el tercero en incidencia detrás del de mama y el colorrectal.
Síndrome genitourinario
Por otro lado, la consulta ginecológica más común en mujeres postmenopáusicas es el síndrome genitourinario, ligado a la caída de los estrógenos, alertó Gladys Fernández, ginecóloga jefa de la sección Endocrinología Ginecológica y Climaterio del Hospital de Clínicas.
Esta afección, que produce atrofia y sequedad vaginal junto con pérdidas de orina y urgencia para orinar, entre otros síntomas, puede «volverse problemática» por ejemplo al mantener relaciones sexuales, ya que produce dolor.
«Lo bueno es que se soluciona localmente» con cremas y lubricantes, añadió, por lo que recomendó la consulta médica.
Al mismo tiempo, remarcó el «retraso» en las consultas ginecológicas debido a la pandemia y «el temor» de realizarse exámenes por «el miedo de conocer una enfermedad o tener algo» como obstáculos para el acceso a la salud.
«Lo ideal es que cuando la paciente llega al consultorio se le faciliten los controles«, indicó.
Finalmente, las especialistas afirmaron que tanto la detección precoz a partir de la consulta ginecológica anual como los tratamientos efectivos, administrados en forma oportuna, permiten salvar vidas.
Por: Florencia Vaveluk
Fuente: Télam