El domingo, la atención por diversas afecciones cardiovasculares creció entre 20% y 100%. Qué dicen los cardiólogos.
Las manos del Dibu Martínez atajaron las ilusiones argentinas y el cuarto penal que metió Gonzalo Montiel cerraron un partido que estaba para el infarto. Pero no fue solo una metáfora. Tras igualar 3 a 3 en los 120 minutos de juego, la dramática definición por penales en la Copa del Mundo de Qatar 22 provocó un marcado incremento de consultas en varias guardias de cardiología de Buenos Aires.
Clarín hizo un relevamiento en centros de atención sanitaria y registró que las manifestaciones de posibles eventos o afecciones al corazón crecieron entre un 20% y un 100% el pasado 18 de diciembre, cuando se jugó la final con Francia en el Estadio Lusail de Doha. Si bien es todavía es reciente como para sacar conclusiones médicas de lo que sucedió, esta tendencia también se observa en charlas informales con varios médicos especialistas, quienes atendieron a pacientes infartados.
En el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) se registró un aumento del 50% de consultas cardiológicas, en comparación con un día habitual. Desde el establecimiento marcan que la concurrencia de pacientes no se generó antes del horario del partido (fue escasa) ni durante el juego (nula) sino que la cifra se disparó cuando finalizó.
Los días siguientes, 19 y 20 de diciembre, también se acercaron algunas personas con síntomas, pero en una menor proporción. “El 18 fue el día más intenso. Tuvimos 60 consultas cardiovasculares: 10 adultos quedaron en observación y 6 internados porque corrían riesgo de padecer un ataque cardíaco”, amplía Juan Pablo Costabel, jefe de la Unidad Coronaria e Internación del ICBA.
Los principales síntomas
“El análisis de los ingresos a guardia post partido indican que, en comparación a lo habitual, tuvimos un 65% más de consultas por dolor torácico, un incremento del 100% por arritmias y un 70% más por hipertensión arterial. Los pacientes que ingresaron señalaron haber vivido un momento de estrés y angustia fuera de lo común debido a la posibilidad de perder el Mundial”, señala Costabel.
Y comenta que también se acercaron pacientes con antecedentes para verificar el estado de su salud cardiovascular. “El aumento de estas visitas fue del 20%”, refiere Costabel.
Juan Furmento, cardiólogo y coordinador de Emergencias del ICBA, expone algunas estadísticas que marcan el incremento de consultas por guardia, siempre tomando como referencia el fin de semana anterior al domingo 18 de diciembre. Así, las preguntas por arritmias pasaron de 12 a 21, por dolor torácico aumentaron de 23 a 37 y por hipertensión arterial se incrementaron de 3 a 25.
Según pudo saber Clarín, en hospitales públicos de la Ciudad se registraron cinco fallecidos de muerte súbita (tres murieron en el domicilio y dos llegaron descompuestos al sanatorio). Y el domingo se atendieron además tres contusiones, ocho fracturas y cinco afectados por insolación.
En el Hospital Santojanni, por ejemplo, registraron el ingreso de 18 personas con dolor de pecho de las cuales 15 tenían, en realidad, problemas digestivos, en tanto que en el Tornú atendieron a 20 pacientes acusando presión alta y otras afecciones.
La coincidencia de esta demanda con el partido fue directa. En una clínica de Quilmes, por caso, asistieron a dos infartados el domingo, uno en los penales y otro después de que terminó. En el Grupo Cardiológico Boskis también notificaron varias visitas de pacientes que presentaban taquicardia y palpitaciones. «Para verificar si el aumento fue significativo y no anecdótico se debe estudiar comparando con datos históricos de igual fecha en años anteriores», aclararon.
Desde el Ministerio de Salud de Nación, le dijeron a este diario que en el único hospital de los que dependen de la cartera que atendieron eventos cardiovasculares fue en El Cruce, donde hubo un paciente con angina inestable que requirió hemodinamia. Hospital de Alta Complejidad del Bicentenario Esteban Echeverría atendieron a cinco traumatizados por accidentes en la vía pública. En la Fundación Favaloro no hubo tampoco incidencia significativa de pacientes cardiovasculares.
Los papers que lo confirman
El fútbol desencadena una pasión universal. Y varios estudios certifican la relación que existe entre las emociones que genera este deporte y los ataques cardíacos. Investigaciones publicadas en diferentes y prestigiosas revistas científicas demuestran que durante un Mundial el riesgo de infarto en pacientes cardíacos puede hasta cuadruplicarse.
Uno de esos papers, publicado en The British Journal of Sport Medicine, expuso en 1999 lo que ocurrió en el Mundial de Francia del 98, cuando Argentina derrotó a Inglaterra en una definición por penales. En las unidades coronarias de Londres registraron el incremento de un 27% de los ingresos. Incluso, en su editorial la revista señaló la importancia de eliminar la definición por penales porque era un factor de riesgo cardiaco.
Otro estudio, del The New England Journal of Medicine que fue realizado en el Mundial de Alemania 2006, encontró que los días en que jugó la selección de Alemania, la incidencia de emergencias cardíacas fue 2,66 veces mayor. Para los hombres, fue de 3,26 veces más que en el período de control y para las mujeres, 1,82 veces más.
¿Por qué el corazón puede estallar con una victoria?
Jorge Tartaglione es médico cardiólogo. Le cuenta a Clarín que cuando finalizó el partido de Argentina frente a Países Bajos, el que nos clasificó a semifinales, recibió el llamado de Pablo, un paciente de 66 años sin antecedentes cardíacos.
“Me llamó diciendo que se sentía mal por un dolor en el pecho que comenzó a sentir después del segundo gol que anotó Holanda. Le pedí que se trasladara hasta el centro asistencial donde le practicaron un electrocardiograma. El estudio identificó un infarto en curso. Tenía una obstrucción en la arteria coronaria y le colocamos un stent. Después, le aconsejé que la semifinal la mirara tranquilo, sin dejar de tomar la medicación”, ilustra el caso.
Entonces, ¿por qué pasa esto? Para simplificarlo, Tartaglione, grafica: “Imaginate que Argentina está empatando y de repente le dan un penal al equipo rival. Aparecen los nervios, el corazón empieza a latir rápidamente y sube la presión arterial. Se produce una constricción de todas las arterias, entre ellas las coronarias, más aumento de la frecuencia cardíaca y liberación de cortisol. Se forma la tormenta perfecta que puede provocar una muerte súbita en las personas que sufren del corazón”.
Y aclara: “Se produce una gran descarga de catecolamina, noradrenalina y adrenalina, que pueden generar arritmias. Y la arritmia, la alteración del ritmo cardíaco, ante un corazón que tiene un umbral de fibrilación bajo, produce una arritmia severa con una fibrilación ventricular. Que puede ir asociada a un infarto o no”.
Mario Boskis, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología (MTSAC), suma: «Las emociones son capaces de producir una respuesta estresante aguda, con estimulación del sistema simpático. Este libera sustancias como las catecolaminas, que incrementan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la fuerza de bombeo del corazón. Esto genera mayor consumo de oxígeno por el miocardio, posibilidad de arritmias, y mayor coagulabilidad de la sangre”.
Por eso, los pacientes con patologías previas, como colesterol elevado, hipertensión arterial, diabetes o enfermedad coronaria, son más susceptibles a gatillar eventos coronarios como un infarto de miocardio”.
Y sí, el corazón tiene pasiones que la razón nunca entenderá. Ya lo había escrito el Negro Fontanarrosa, que sabía mejor que nadie el descalabro que puede provocar un partido de fútbol en un corazón batallado. Basta con leer lo que le pasó al Viejo Casale.
Por: Penélope Canonico
Fuente: Clarín