Lo establece un consenso elaborado por sociedades médicas y científicas. Mañana es el Día del Cáncer de Pulmón.
En Argentina, se producen más de 12 mil nuevos casos (casi 2 de cada 3 en hombres) y casi 10 mil muertes al año por cáncer de pulmón. Es el tercer tipo de cáncer que más casos genera y al que se asocia la mayor cantidad de fallecimientos, de acuerdo a las últimas estadísticas del Instituto Nacional del Cáncer (INC).
El cáncer de pulmón es uno de los hijos directos del tabaquismo: fumar es el principal factor de riesgo para desarrollarlo (no hacerlo o dejar el cigarrillo es la mejor forma de prevenirlo).
Y como no presenta síntomas en etapas tempranas, suele ser detectado en estadios avanzados, lo que hace más complejo su abordaje y complica el pronóstico, advierten especialistas en el marco del Día del cáncer de pulmón -que se conmemora el 17 de noviembre-, por lo que hacen un llamado a que las personas en mayor riesgo se realicen controlen que favorecen su diagnóstico precoz.
Síntomas y diagnóstico del cáncer de pulmón
«El cáncer de pulmón en general no presenta síntomas en sus estadios iniciales, recién se observan cuando está avanzado«, dice en ese sentido Claudio Martin, jefe de Oncología Torácica del Instituto Alexander Fleming (IAF).
Pero ese no es el único obstáculo que interfiere con su detección temprana.
Otra dificultad es que las manifestaciones más frecuentes son, además, inespecíficas e incluyen tos (con o sin sangre), falta de aire, disminución de apetito o pérdida de peso y dolor en tórax o en algún otro sitio asociado a la presencia de metástasis, indica Martin.
Ante esa situación y para evitar seguir llegando tarde, la recomendación para las personas que están en mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón es «tomar un rol activo».
«Es muy importante que aquellas personas que se encuentran en los grupos de riesgo de padecer cáncer de pulmón, se hagan estudios para detectar de manera temprana la enfermedad y tener un mejor pronóstico para el tratamiento», subraya Alejandro Videla, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Universitario Austral y presidente saliente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).
Quiénes deben someterse a detección temprana
«Estamos en vías de publicación de un consenso argentino intersociedades sobre tamizaje que involucra a todas las especialidades que trabajan en el tema, y desarrollamos un registro colaborativo de las instituciones que ya están trabajando con programas de tamizaje», comenta la neumonóloga Iris Boyeras, integrante de la Sección de Oncología de la AAMR.
Desde la asociación destacan que el objetivo final en un futuro es lograr que, así como se realizan anualmente las mamografías de control que permiten diagnosticar en forma temprana el cáncer de mama, de la misma manera se activen programas de rastreo tomográfico para la detección precoz del cáncer de pulmón.
Dos son los factores clave que el consenso elaborado por las sociedades médico-científicas toma en cuenta para la recomendación de tamizar a las personas en mayor riesgo: la edad y si la persona es o fue fumadora.
Una persona de entre 55 y 75 años y antecedentes de tabaquismo (con un historial de fumar 30 paquetes por año, que fume en la actualidad o haya dejado el cigarrillo en los últimos 15 años) debe someterse a detección temprana.
Así lo establece el consenso de expertos que está en proceso de revisión para su publicación en una revista científica internacional.
De la redacción participaron representantes de la Asociación Argentina de Broncoesofagología (AABE), la AAMR, Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), Sociedad Argentina de Cirugía Torácica y el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS).
En relación al método de diagnóstico, los especialistas acuerdan que el más efectivo es la tomografía computarizada de tórax de baja dosis (TCBD).
¿Por qué son importantes este tipo de estudios? Según Martin, está demostrado «que pueden detectar tumores en estadios iniciales, cuando son operables, lo que redunda en mayores posibilidades de cura».
Otros criterios acordados por el grupo interdisciplinario giró en torno a los requisitos mínimos que deben cumplir las instituciones que desarrollan programas de detección temprana, entre ellos: contar con programas para dejar de fumar, con equipos multidisciplinarios, estrategias para seguimiento de los casos detectados y trabajar en el acceso a estas pruebas de detección temprana.
No obstante, todavía queda mucho por avanzar en este camino, advierte Boyeras, médica neumonóloga del Instituto de Oncología Ángel Roffo, que fue quien lideró la redacción de las guías que establece criterios para la detección temprana o tamizaje de cáncer de pulmón.
«A pesar de la importancia del problema y la alta calidad de la evidencia disponible a favor de la detección temprana en países como Estados Unidos y algunos de Europa, las tasas de implementación de los programas de detección en todo el mundo son bajas (por ejemplo, en Estados Unidos solo el 4.5 % de los adultos elegibles acceden a la detección).»
«En América Latina, aunque actualmente se reportan alrededor de 26 centros trabajando en programas de detección temprana en distintas etapas de desarrollo, desde México hasta Argentina, no se ha implementado ninguna política pública sobre detección temprana de cáncer de pulmón y hasta hoy, no se contaba con guías de recomendaciones locales sobre el tema», destaca la médica.
Cáncer de pulmón: las dos caras de la pandemia
Tal como ocurrió con la mayoría de las enfermedades que no fueran covid, los años más críticos de la pandemia provocaron «un retraso en el diagnóstico en pacientes sintomáticos», por las dificultades en el acceso a los controles de salud, lo que provocó que se diagnostiquen casos en estadios mas tardíos«, apuntan desde el IAF.
No obstante, Martin señala que como contrapartida, la crisis sanitaria también impulsó chequeos en personas que no tenían señales de la enfermedad y diagnósticos que se consideran hallazgos (porque no se los buscaba originalmente).
«El uso de más tomografías de control en pacientes con covid redundó en un mayor número de diagnósticos de tumores en estadios iniciales detectados por casualidad», señala.
Cáncer de pulmón: avances en los tratamientos
«En los últimos años se han estudiado y aprobado nuevos tratamientos para el cáncer de pulmón con excelentes resultados, pero es de vital importancia realizar los chequeos médicos correspondientes en forma periódica, ya que la detección temprana puede marcar la diferencia en el tratamiento«, subraya Diego Kaen vicepresidente de la AAOC.
Es que se estima que el 60% de los casos se diagnostican en estadios avanzados, cuando el tumor ya tiene metástasis (que ocurre cuando las células tumorales se separan del sitio donde se originaron y forman tumores nuevos en otras partes del cuerpo), o ha crecido de forma tal que no es posible operarlo, advierten desde el IAF..
Revertir este escenario es uno de los mayores desafíos que plantea hoy el cáncer de pulmón ya que, cuando se logra un diagnóstico temprano, las chances de cura con los tratamientos disponibles son muy superiores.
«El abordaje quirúrgico fue variando con el correr del tiempo desde la toracotomía a cielo abierto a la cirugía videoasistida que actualmente es la indicación, salvo circunstancias especiales», comenta jefe del Servicio de Cirugía Torácica del IAF.
En los casos de enfermedad avanzada, cuando el cáncer se extendió más allá del pulmón, los avances en los tratamientos permiten cada vez más cronificar la enfermedad e incluyen desde terapias de precisión (indicados de acuerdo al perfil genético del tumor) hasta inmunoterapias (tratamientos que permiten que las propias defensas del organismo ataquen las células tumorales y que pueden usarse solas o asociadas a la quimioterapia), destaca Martin.
Rosales suma que también «existen indicaciones para la cirugía en casos seleccionados de pacientes en enfermedad más avanzada, que luego de ser estadificados son sometidos a tratamientos oncológicos neoadyuvantes como quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o la combinación de estas».
Cómo se previene el cáncer de pulmón
«Cuando se habla de prevención de cáncer de pulmón, la recomendación es clara: lo más importante sigue siendo dejar de fumar, dado que el 80% de los cánceres de pulmón son atribuibles al tabaquismo y puede tardar hasta diez años disminuir el riesgo de contraer cáncer de pulmón por haber fumado», enfatiza Videla.
El neumonólogo José Luis Morero, coordinador del Programa de Detección Precoz de Cáncer de Pulmón del IAF, suma que las personas que tienen EPOC y/o enfisema tienen 5 o 6 veces más riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
Y enumera otros factores que aumentan el riesgo: los antecedentes familiares directos de cáncer de pulmón, la fibrosis pulmonar y la exposición ambiental al radón en ciertas áreas residenciales»,
En el caso de personas que por su actividad laboral se encuentran expuestas a contaminación ambiental (fundición, minas de carbón, sílice, asbesto, fabricación de plástico y productos químicos), «el uso de máscaras y extractores en los ambientes de trabajo es muy importante para disminuir el riesgo».
Para Rosales, todavía queda «mucho por hacer en materia de prevención y cuidados de la población».
Entre los pendientes, destaca la necesidad de mejorar el acceso a los controles anuales a los grupos más vulnerables, promover la educación efectiva en los niños y jóvenes para evitar el consumo de tabaco y la exposición a todos los agentes nocivos que favorecen la aparición de la enfermedad.
Respecto del tabaquismo, Boyeras concluye que «es importante facilitar el acercamiento de los pacientes a los programas de cesación de tabaquismo, para superar las barreras estigmatizantes y aprovechar todas las oportunidades para que dejen de fumar y puedan ser diagnosticados de manera temprana los problemas de salud asociados».
Por: Florencia Cunzolo
Fuente: Clarín