Cáncer de tiroides: por qué aumentan los casos, señales de alerta en el cuello y cómo vivir sin la «mariposa»

Ocurren más de 4.100 casos por año en el país. La detección temprana juega un papel central. Síntomas y tratamientos.

No es de los que más se habla y por lo tanto muchas personas ni siquiera lo conocen, pero en el país se registran más de 4000 casos nuevos al año de cáncer de tiroides. Y su incidencia se encuentra en aumento.

Son tumores que suelen pasar desapercibidos, porque no provocan dolor. Por eso, en vísperas del Día Mundial del Cáncer de Tiroides, especialistas aprovechan para concientizar sobre cuáles son las señales que ameritan una consulta que pueda derivar en un diagnóstico y tratamiento temprano, lo que favorece un muy buen pronóstico.

El cáncer de tiroides en Argentina

En el país, según las estadísticas del Instituto Nacional del Cáncer (INC) realizadas en base a datos del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), se producen unos 4100 casos de cáncer de tiroides al año.

Eso lo ubica en el octavo lugar en términos de frecuencia (los que más casos producen son los tumores de mamacolon y pulmón).

Es mucho más común en mujeres, entre los 40 y 50 años, que en hombres: por cada 5 casos que se detectan en ellas (3347 en 2020), se diagnostica solo uno en varones (669). No obstante, en ellos suele ser más agresivo.

No obstante, en las estadísticas de mortalidad ocupa el puesto 27. En 2020, según cifras publicadas por el INC, produjo 243 muertes, apenas el 0,4% de todos los tipos de tumores registrados en el país.

Qué es el cáncer de tiroides

La glándula tiroides es la directora de orquesta de muchos procesos metabólicos.

Por eso, su correcto funcionamiento es clave para evitar experimentar síntomas que puedan alterar la calidad de vida como cansancio, falta de concentración, caída del cabello o problemas en las uñas, nerviosismo, dificultades para bajar de peso, insomnio y pérdida del deseo sexual, entre otros.

El cáncer de tiroides incluye a cuatro tipos de tumores que atacan a esa glándula, que tiene forma de mariposa y se sitúa en el cuello.

El desarrollo se da a partir de un cambio en el ADN de las células afectadas.

«Esta mutación hace que comiencen a crecer y multiplicarse, en vez de cumplir su ciclo y morir. Cuando esto sucede, comienzan a acumularse generando así el tumor», explica Agustín Falco, especialista en Tumores de Cabeza y Cuello/Tiroides del Instituto Alexander Fleming.

¿Por qué aumentan los casos de cáncer de tiroides?

La incidencia del cáncer de tiroides se encuentra en aumento a nivel global.

«En los últimos tiempos, se ha observado un aumento de casos en todo el mundo, tal vez porque se detectan como hallazgos cuando la persona se somete a una prueba de imagen, por motivos varios», destaca la médica Virginia Busnelli en el libro ¿Es estrés o tu tiroides? (Editorial Ateneo).

Y Falco precisa que, el cáncer de tiroides es la neoplasia maligna endocrina más frecuente, con una incidencia en incremento a nivel mundial (entre 13 y 14 nuevos casos cada 100.000 habitantes por año).

El oncólogo coincide en que ese aumento está asociado a que el sistema de salud hoy cuenta con recursos más avanzados para el diagnóstico.

«Hay una mayor difusión de estudios, como la ecografía cervical, que detecta tumores asintomáticos subclínicos. Es decir, tumores hallados incidentalmente, a los que se conoce como ‘incidentalomas.'»

«Sin embargo, a pesar del aumento de la incidencia del cáncer de tiroides, en las últimas décadas la mortalidad descendió en más del 50%«, subraya por su parte Juan Manuel Fernández Vila, jefe del sector de cirugía de cabeza y cuello del Hospital Alemán.

Tipos de cáncer de tiroides

Más de 9 de cada 10 casos de cáncer de tiroides corresponden al cáncer denominado diferenciado, que incluye a las variantes papilar (la más común) y folicular.

«La tasa de supervivencia a cinco años de este tipo de cáncer se acerca al 98% ya que tiene un índice menor de agresividad y una excelente respuesta a los tratamientos estándar, cirugía seguida de yodo radiactivo u observación», afirma Busnelli.

Mucho menos comunes son los otros tipos: el cáncer medular, que se origina en las células parafoliculares, que suele asociarse a otros tumores endócrinos; y el anaplásico, que es una variante más agresiva, que responde menos a los tratamientos, pero es muy poco frecuente.

«El pronóstico dependerá de múltiples factores, pero principalmente del tamaño y la extensión a estructuras vecinas, así como de las metástasis a distancia», plantea la médica.

Síntomas del cáncer de tiroides

Falco advierte que muchos pacientes llegan al consultorio sin sospechar la enfermedad.

Pero eso es algo que ocurre no solo con el cáncer, sino con todos los trastornos vinculados a la tiroides. «Un estudio reciente mostró que el 60% de las personas que tenía una alteración en la glándula, no lo sabía.»

Muchas veces estos tumores tienen un crecimiento lento, por lo que en un primer momento no dan señales de alerta.

Y más allá de que muchas veces el tumor se detecta como un «hallazgo incidental» (se lo encuentra sin buscarlo, al pedir una ecografía cervical por cualquier otra cuestión), la forma de presentación más frecuente es como un nódulo cervical asintomático, explica el oncólogo del Fleming.

Por eso, subraya la importancia de consultar ante la aparición de un bulto o una inflamación al costado del cuello, ya que si bien esos nódulos «suelen ser asintomáticos y benignos, también pueden ser consecuencia del desarrollo de un tumor».

En menor medida, el cáncer de tiroides también puede presentarse cuadros con dificultad para tragar y respirar o voz ronca. Pero como estos síntomas suelen ser comunes a otras patologías o trastornos, se recomienda realizar una consulta médica que permita precisar el diagnóstico.

Cómo se diagnostica el cáncer de tiroides

Cuando se detecta un nódulo tiroideo sospechoso, se realiza una punción bajo guía ecográfica para poder diagnosticar si se trata o no de un tumor.

«Es importante tener en cuenta que no todos los nódulos tiroideos se deben punzar, ya que la gran mayoría son benignos (cerca del 95%)», aclara Falco.

Al igual que en otros tipos de cáncer, las restricciones impuestas para contener la pandemia de Covid-19 provocaron un descenso en las consultas tempranas «y nos encontramos en estos tiempos con tumores diagnosticados en estadios más avanzados«, advierte el oncólogo.

Cómo se trata el cáncer de tiroides

Una vez definido el diagnóstico y conociendo las características del tumor, se determinan las opciones terapéuticas más convenientes para el paciente (las diferentes alternativas abarcan cirugía, radioterapia, medicina nuclear y terapias dirigidas).

«Esto requiere la evaluación de los pacientes en centros con experiencia en el manejo de esta patología, y la discusión de todos los casos en equipo multidisciplinario, indispensable para la mejor toma de decisiones», afirma Falco.

Fernández Vila precisa que el principal tratamiento es la tiroidectomía total (extirpación de toda la glándula) y, en algunos casos seleccionados, la hemitiroidectomia ( extirpación de la mitad de la glándula).

«El tratamiento con yodo radiactivo puede actuar como coadyuvante para destruir si han quedado vestigios de células tumorales luego de la resección», suma Busnelli.

Vivir sin tiroides

Los pacientes «sin mariposa» deberán tomar levotiroxina de por vida, señala la médica. Inicialmente se suelen indicar dosis altas.

«Los controles se realizarán con ecografía y análisis de sangre donde se medirá la cantidad de tiroglobulina», agrega.

La tiroglobulina es liberada por las células tiroideas, «por ende, luego de extirpar esta glándula no deberíamos encontrarla en nuestra circulación, si en algún momento la hallamos en sangre podremos sospechar la recidiva del tumor».

¿Se puede prevenir el cáncer de tiroides?

«No existen medidas específicas de prevención, aunque, como siempre se enfatiza, una vida saludable, evitando el consumo de tabaco, alcohol y el control médico periódico, permite la detección precoz y el mejor manejo de esta enfermedad», concluye Falco.

Fuente: Clarín

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