Cannabis medicinal: nuevas evidencias reforzaron sus beneficios contra la epilepsia refractaria

Una neuróloga de la Universidad de Harvard expuso los resultados de estudios en pacientes con esta patología por esclerosis tuberosa. Los datos mostraron una importante reducción en las convulsiones. En qué otras aplicaciones se está investigando

Romper la barrera de los prejuicios, obtener mayor evidencia científica y fortalecer la investigación sobre potenciales aplicaciones para ayudar a más pacientes en un futuro cercano. Ese camino transita hoy el cannabis medicinal a nivel mundial. En la Argentina, se convirtió en una valiosa alternativa para el tratamiento de la epilepsia refractaria. A su vez, se presentaron recientemente nuevos estudios internacionales que aportaron datos auspiciosos y amplios sobre sus beneficios.

Los resultados de estas investigaciones sobre el uso de cannabidiol (CBD) —el compuesto con fines terapéuticos de la planta de marihuana— fueron debatidos recientemente en el Congreso Argentino de Epilepsia, que cada año es organizado por la Liga Argentina de Lucha contra la Epilepsia (LACE). Estos cónclaves cuentan con la participación de prestigiosos especialistas e investigadores nacionales e internacionales.

En esta edición, una de las exposiciones más destacadas fue la de la médica neuróloga Elizabeth Thiele, directora del Programa de Epilepsia Pediátrica del Hospital General de Massachusetts y profesora de Neurología de la Universidad de Harvard. La experta brindó una conferencia sobre la eficacia del CBD farmacéutico en pacientes con epilepsia refractaria por esclerosis tuberosa, y mostró diversos ensayos internacionales que detectaron una notable reducción de convulsiones que osciló entre el 54% y el 68%.

Los datos de las investigaciones expuestas por la neuróloga Elizabeth Thiele despertaron entusiasmo en nuestro país. Desde el Laboratorio Alef Medical, productor de Convupidiol, el primer fármaco a base de CBD aprobado por la ANMAT, destacaron la importancia de seguir enriqueciendo el cuerpo de evidencia a favor del uso de CBD farmacéutico para el tratamiento de la epilepsia refractaria.

“Luego de varios años, se ha logrado vencer prejuicios y la comunidad científica acepta al CBD como una opción terapéutica y medicinal importante. Hoy contamos con un producto de calidad farmacéutica, seguro y elaborado con buenas prácticas clínicas”, sostuvo el doctor Diego Sarasola, director médico de Alef Medical, compañía que participó en el reciente congreso de LACE.

“Estos resultados van en la misma línea del resto de la evidencia que se va mostrando en el mundo. Es importante en ciencia el concepto de replicabilidad. Es decir, que no sea sólo el resultado de un estudio, sino que distintas investigaciones de distintas fuentes vayan mostrando la eficacia del CBD en epilepsia refractaria. Estamos entusiasmados por los resultados obtenidos”, agregó Sarasola.

De hecho, una de las evidencias que trajo a colación Sarasola se desarrolló en la Argentina. En este caso, un total de 13 instituciones médicas realizaron un estudio de farmacovigilancia con 96 pacientes que recibieron Convupidiol durante seis meses. El resultado fue contundente: el 87% observó una reducción en sus convulsiones.

¿Qué es la esclerosis tuberosa?

La esclerosis tuberosa fue uno de los puntos desarrollados en los recientes encuentros científicos. La médica neuróloga María del Carmen García, presidenta de LACE, explicó que se trata de una enfermedad “hereditaria y de baja prevalencia que afecta a múltiples órganos. Es causada, entre otras cosas, por alteraciones genéticas”. Según la especialista, este trastorno “puede afectar tanto a adultos como a niños. Su incidencia en recién nacidos, según algunos estudios, es de uno cada 6.000 nacimientos”. En este sentido, se estima que casi 2 millones de personas sufren esta patología en todo el mundo. “Sus principales características incluyen formaciones tumorales benignas del cerebro, la piel, el corazón, los pulmones y los riñones”, profundizó García.

En segundo término, la profesional agregó: “Como producto de estas formaciones en el sistema nervioso central, aproximadamente un 80% de los pacientes que presentan este cuadro pueden sufrir de epilepsias —la mayoría en la infancia temprana— que pueden ser refractarias al tratamiento con medicaciones anticrisis”. Actualmente, el cannabidiol cuenta con una aprobación específica de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica(ANMAT) para el tratamiento de epilepsia refractaria.

Como se ve, el avance de las investigaciones nacionales e internacionales es un sostén fundamental para confirmar la efectividad del cannabidiol en el tratamiento de cuadros de epilepsia de difícil control o que requieren de altas dosis de medicamentos. Pero esto es sólo el primer paso. ¿Por qué? Porque en el mundo, se están desarrollando ensayos para medir su efectividad en el tratamiento de otras patologías.

“Actualmente se encuentran en distintas fases de estudio e investigación para uso en distintas enfermedades neurológicas y algunas condiciones psiquiátricas. Existe evidencia de eficacia tanto para espasticidad en esclerosis múltiple, como en el tratamiento en algunos tipos de dolores crónicos. Se está estudiando con bastante impulso su uso como coadyuvante en el tratamiento de la conducta disruptiva en pacientes que presentan trastorno del espectro autista. También existen estudios promisorios en disminución del craving -deseo de consumo- en pacientes con algunos tipos de adicciones”, concluyó Sarasola.

En septiembre de 2020, ANMAT aprobó el uso de Convupidiol, el primer medicamento a base de cannabis medicinal de la Argentina, que es obtenido a partir de partes aéreas de la planta Sativa de variedad definida y biogénesis conocida. Está enfocado en niños, contiene CBD (100 mg por mililitro) y aceite de semilla de sésamo. Además, cuenta con 99,6% de pureza y 0,017% de THC, otro de los cannabinoides de la marihuana.

Como todo medicamento de cannabis medicinal, el Convupidiol presenta además varias ventajas respecto del CBD de fabricación casera ya que está elaborado según las normas de buenas prácticas de manufactura. Al mismo tiempo, cuenta con los requisitos de seguridad y eficacia de un fármaco, y tiene estabilidad, homogeneidad y pureza en su composición, lo que redunda en un aumento de su seguridad. Este enero de este año fue autorizado también en Uruguay y en agosto llegó a Chile. En este último caso, el neurólogo Alfredo Thomson, (MN 57365) director del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro y jefe de Neurología y Epilepsia, participó de la presentación y destacó que se trató de “una experiencia interesante”.

“Contamos con la presencia de los epileptólogos más reconocidos de Chile y compartimos la conferencia con una importante referente de neurología infantil, como la doctora Loreto Ríos. Ambos presentamos la evidencia para la utilización de esta medicación y la experiencia personal con la misma”, explicó el experto. Finalmente, detalló que hubo “un extenso intercambio con los médicos y médicas del público, que se mostraron muy interesados en poder utilizar la medicación en sus pacientes. Tratamos de transmitir lo mejor posible la ubicación y oportunidad de su utilización en niños y adultos”.

Fuente: Infobae

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