Cáncer de vejiga: cuáles son las señales de alerta a las que hay que estar atento para detectarlo de manera temprana

Hoy se celebra el día mundial para concientizar sobre la enfermedad que, identificada en etapas tempranas, tiene altos índices de curación

El cáncer de vejiga, en el inicio de la enfermedad, comparte síntomas con otras patologías de menor complejidad, lo que genera, con cierta frecuencia, que se demore en alcanzar el diagnóstico. Por eso, como indican los especialistas consultados por LA NACIÓN, para lograr la detección temprana y evitar que la enfermedad se complejice hay que estar atentos a las señales de alerta y saber que pueden estar vinculadas a este cuadro. La recomendación se difunde hoy cuando se celebrará el Día Mundial del Cáncer de Vejiga, que es el séptimo más diagnosticado en varones y el décimo cuando se considera a ambos géneros.

Paula Grinstein, médica uróloga y miembro del Centro Argentino de Urología, explica que, en muchos casos, este tipo de afección no presenta síntomas, pero, cuando lo hace, la principal señal de advertencia es la aparición de sangre en la orina, conocida como “hematuria”, que no es específica del cáncer, aunque debe ser un motivo para consultar a un médico. La tonalidad del color de la orina dependerá de la cantidad de sangre, pero suele ser naranja, rosa o rojo oscuro. Otras señales son las molestias urinarias, como la necesidad de orinar con frecuencia y en poca cantidad, o dolor o ardor al hacerlo, entre otras.

Generalmente, destaca Grinstein, los síntomas son intermitentes. Es por ello que, a veces, no se le da importancia y transcurren meses, o incluso años, hasta que empieza a haber síntomas más intensos y la persona acude a un especialista.

Gustavo Villoldo, subjefe del Servicio de Cirugía Urológica del Instituto Alexander Fleming, describe que, aproximadamente, en un 15% de los casos la enfermedad se presenta de manera avanzada y ahí puede generar dolores locales, como molestias en la espalda o una sensación similar a un cólico renal.

Factores de riesgo

Uno de los principales factores de riesgo que pueden desencadenar la afección, es el tabaquismo o estar expuestos a hidrocarburos, tinturas, entre otros tóxicos que se inhalan y luego se eliminan por orina. Por ejemplo, el humo del cigarrillo contiene más de 7000 sustancias químicas, de las cuales alrededor de 70 son cancerígenas y tóxicas, como los alquitranes, nicotina, arsénico, formaldehído, polonio 210, cadmio y níquel.

Al tabaco se le atribuye alrededor del 50% de todos los casos diagnosticados de cáncer de vejiga ya que triplica el riesgo de sufrirlo. Con cada cigarrillo se aspira una mezcla de estos compuestos nocivos, que se absorben en la sangre, pasan a través de los riñones y se eliminan por la orina. Mientras la orina permanece en la vejiga para ser expulsada, este órgano se expone durante varias horas a estos químicos altamente concentrados y esta presencia durante años provoca cambios irritativos que pueden llegar a originar cáncer”, indica Grinstein.

La especialista destaca que dejar de fumar limita la posibilidad de presentar cáncer de vejiga, esófago o riñón dentro de los 10 años posteriores y disminuye 50% la probabilidad de presentar cáncer de pulmón dentro de los 10 a 15 años siguientes.

Si bien este tipo de cáncer es más frecuente en varones que en mujeres, y es así porque los primeros tienen más altos índices de tabaquismo, Villoldo advierte que en los últimos años se pasó de un promedio de cuatro casos en varones cada uno en mujeres, a una relación de dos a uno

Detección y tratamiento

Para detectar un tumor de estas características, los primeros estudios que se indican, explica Grinstein, es una prueba de Papanicolaou en la vejiga y una ecografía en busca de pólipos. También se puede solicitar una tomografía. Si llegara a haber una imagen sospechosa, se realizará un estudio mediante el cual ingresan a la vejiga a través de la uretra con una cámara y se tomará una muestra del cuerpo sospechoso para luego estudiarla en laboratorio.

Una vez detectado el cáncer, Villoldo explica que la manera de tratarlo va a variar según el tipo de tumor. “Puede haber tumores superficiales, que tienen menos impacto en el paciente. Estos son los más frecuentes y se cura con una cirugía y tratamientos locales. Luego, están las presentaciones músculo invasivas que, por lo general, se trata con quimioterapia, aunque puede haber otros tratamientos posibles. Por último, si se llega al estadío donde se detecta que hubo metástasis y ahí siempre es necesaria la quimioterapia”, señala el especialista.

A su vez, Villoldo lamenta que en el país haya poca información disponible sobre esta enfermedad y, suele suceder, que los médicos tardan en considerar que el paciente podría estar cursando un cáncer de vejiga. “Este tumor es considerado una enfermedad huérfana, porque es una enfermedad poco frecuente que suele afectar a sectores socioeconómicos medios y bajos. Y, al ser poco frecuente, los tratamientos más modernos están disponibles solo en los centros de alta complejidad, que muchas veces no están disponibles en el interior del país”.

“En síntesis, como el cáncer de vejiga tiene altos índices de curación si se detecta en etapas tempranas, es importante consultar ante cualquier sangrado o síntomas urinario, sobre todo, en fumadores”, concluye Grinstein.

Por: Alejandro Horvat

Fuente: La Nación

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